El CHUS cierra en verano unas 140 camas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOÁN A. SOLER

El 89 % de las del área sanitaria estarán operativas tras un ajuste inferior al del 2016, que inhabilitó 230

20 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La reorganización de los recursos hospitalarios durante los meses de verano, o de forma más sencilla el cierre de camas, es una tónica habitual todos los años. Los motivos que llevan a esta medida son tres. Por un lado la demanda asistencial baja porque hay menos patologías por ingresos estacionales y los pacientes con enfermedades crónicas sufren menos recaídas. Por otro es una época que concentra la mayor parte de las vacaciones del personal. Y finalmente la tercera causa es que los directivos hospitalarios aprovechan estos meses para acometer obras necesarias.

En el 2017 el área integrada de Santiago, que engloba el hospital de Barbanza y el CHUS, mantendrá operativas casi el 89 % de sus camas, el 88,58 % en concreto, lo que en la práctica supone más de 1.150 camas. Se cerrarán más de 140, todas ubicadas en los hospitales de Santiago, ya que el de Barbanza mantiene habilitados todos sus recursos asistenciales durante el verano.

Más cirugías

Esta cifra es bastante inferior al año pasado, cuando se inhabilitaron 230 camas. Desde el CHUS aseguran que se ha decidido mantener más recursos operativos para aumentar la actividad quirúrgica y reducir por lo tanto la lista de espera. Cuando se produce esta reorganización suelen concentrarse las habitaciones disponibles en las mismas zonas, para una mayor comodidad del personal y de los pacientes. Así, el Clínico se mantendrá operativo al 100 %; en el hospital Gil Casares la previsión es que se mantenga cerrada la planta de medicina interna (42 camas), que de hecho ya no están operativas; mientras que Conxo será el hospital más afectado con un centenar de camas cerradas. No obstante, explican desde la CIG-Saúde, la situación ha mejorado desde el año pasado, cuando el provincial de Conxo quedó prácticamente cerrado en verano, mientras que este año habrá quirófanos operativos.

Además de adaptarse a la demanda asistencial y al derecho de los profesionales a disfrutar de sus vacaciones, también se aprovechan estos meses de julio, agosto y septiembre, para realizar reformas. En este caso en Conxo, en la unidad de hospitalización de la segunda planta, se llevará a cabo una mejora de la instalación eléctrica que permitirá una sectorización por zonas.

El año pasado el porcentaje de camas cerradas fue bastante superior, de un 14 %, y también se concentró en el complejo hospitalario de Santiago, porque en Barbanza se mantuvieron todas las habitaciones operativas. La gerencia insiste en que, aunque se inhabilitan camas, estas no desaparecen, por lo que todos los recursos están disponibles en caso de ser necesarios.

Derivación de pacientes

La CIG-Saúde aprovechó la reunión con los responsables del complejo hospitalario para denunciar la situación de tres pacientes que, acudiendo al hospital para ser ingresados desde el servicio de admisión o desde consultas externas, fueron derivados a urgencias ante la ausencia de camas disponibles. Los responsables del CHUS admitieron a los representantes sindicales que se trató de un error.