Peatonalizar

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña EL MIRADOR

SANTIAGO CIUDAD

04 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el interesante especial que publicó este domingo la edición de Santiago de La Voz de Galicia con motivo del 135 aniversario del periódico, se informa sobre el difícil y lento proceso de peatonalización de áreas de la ciudad histórica, con una ilustrativa fotografía en la que los vecinos se manifestaban tras una pancarta que rezaba: «Peatonalización si, pero non así». Acompañaba a una información del año 1993 que versaba sobre los espacios reservados para el aparcamiento de coches en las zonas peatonalizadas, y al lado, otra del año 1980 dejaba constancia de la querella interpuesta por el Hostal dos Reis Católicos contra el Concello de Santiago por no permitir el estacionamiento en la plaza del Obradoiro.

Digo que fue un proceso lento y difícil, y diría más, todavía lo es. Santiago sigue mirando con recelo la peatonalización de sus calles, y hay pruebas de ello. La reforma de Montero Ríos, por ejemplo, donde se cuestiona que no se diferencie entre la acera y la carretera cuando en un espacio peatonalizado son los coches los que están obligados a ir muy despacio porque la prioridad de paso la tiene el peatón; o la necesidad de remarcar los pasos de peatones en Volta do Castro, o el escaléxtric en el que se convirtió San Caetano con un sinfín de viales que se entrecruzan y que divide la parroquia sin que casi nadie lo cuestione. Sorprende que, por ejemplo, Pontevedra haya entendido tan pronto las ventajas de su peatonalización -un ejemplo para todo el mundo y un orgullo para sus habitantes-, y Santiago no, siendo una ciudad levantada por millones de personas que, a lo largo de los siglos, llegaron... andando.