«Saber resolver problemas prácticos vale más que aprender a calcular»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Inicia este curso una experiencia de estímulo matemático con alumnado de ESO

29 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Quitar el miedo del alumnado de la ESO a las Matemáticas y cambiar su percepción sobre la materia. Ese es el objetivo de Anaquiños matemáticos, una experiencia de estímulo en la disciplina que promueve desde noviembre el Departamento de Didáctica das Matemáticas de la Facultade de Ciencias da Educación de la USC, explica la profesora Teresa Fernández Blanco. La iniciativa se integra en el Programa Aleida para afrontar el fracaso escolar del Instituto Galego de Xestión para o Terceiro Sector (Igaxes3).

«Nunca se debe perder de vista el sentido práctico en las primeras etapas de la enseñanza de las Matemáticas. El año pasado estudiamos las creencias y emociones de 500 escolares de sexto de primaria, y comprobamos cómo aún no odian la materia. El problema comienza en primero de la ESO, cuando ya les cuesta más seguir las explicaciones en la clase», afirma Teresa.

«La ESO debería favorecer la adquisición de competencia matemática, que el alumnado sepa aplicar lo que aprende a una situación; y dar después el salto en el bachillerato y la universidad a una mayor complejidad. Pero en la ESO se da demasiada importancia al cálculo. Hacen sistemas de ecuaciones, resuelven operaciones con radicales, castillos de fracciones, polinomios, sin ver un objetivo, para qué se hace eso. En la enseñanza obligatoria saber resolver problemas prácticos vale más que aprender a calcular. Hace años era más importante el cálculo, pues los comerciantes debían aprenderlo; pero ahora hay máquinas que lo hacen bien», agrega esta docente.

Este verano, en la casa de acogida de Igaxes3 realizaron una experiencia piloto, con 5 jóvenes. Tras verificar buenos resultados, decidieron ampliar la experiencia al Programa Aleida. Comienzan con 15 estudiantes de primero de ESO del IES de Milladoiro: «Tenemos interés 6 docentes, de los campus de Santiago y Lugo; y el trabajo se utiliza para la tesis doctoral de Alejandro Gorgal. Hicimos 3 sesiones de una hora y se prevén diez más hasta mayo. No se trata de refuerzo; nos coordinamos con el profesorado de Matemáticas y no interferimos con su programación, ni enseñamos materia nueva; buscamos que ese alumnado aprendan de forma diferente cuestiones que ya debían saber», indica.

Así «es habitual que en la ESO hagan problemas de medida, pero no miden. Resuelven los problemas teóricamente, pero les pides que midan el perímetro de su habitación, y no saben. Por eso insistimos en que sepan aplicar la enseñanza matemática fuera del entorno escolar», manifiesta.

Lo hacen con actividades «que les resulten atractivas. Por ejemplo, poner varios dados unos encima de otros y calcular cuánto suman las caras ocultas. O trabajar con aviones de papel, incluso algunos trucos de magia. Son cuestiones fáciles, que les ayudan a comprender de otra manera».

Teresa insiste en el interés de esta iniciativa: «La UE recomienda integrar Matemáticas con actividades denominadas Steam -Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, por sus iniciales en inglés- y favorecer su relación con todo el currículo, porque se observó un descenso en la formación científico-tecnológica. Es lo que aquí se denomina Competencia tecnológica y científico-matemática, y se potencian actividades como estas de Anaquiños matemáticos».

Para esta profesora «la sociedad da mucha importancia a las Matemáticas, por eso el alumnado de ESO si fracasa en esta materia se siente peor. Queremos que superen esa situación».

«Anaquiños matemáticos». Se denomina así la iniciativa porque se imparte poca teoría matemática y se trata de favorecer que el alumnado aprenda de forma más práctica.

La experiencia. Están implicados 6 docentes y un doctorando de la USC, el IES de Milladoiro e Igaxes3.