«Siempre habrá comercio tradicional»

xosé manuel cambeiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

sandra alonso

José Antonio Seijas señala que un negocio hoy tiene que dirigirse a 400.000 habitantes y no a 95.000

05 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Seijas es compostelano de pura cepa y del barrio de Sar. Ahí sigue viviendo, pese a las vueltas que le hizo dar la vida. Recuerda de niño cuando los vecinos subían al «pueblo», al centro, desde el final del Castrón Douro, que entonces era arrabal y hoy es ciudad. «Santiago se acababa en el hotel Xelmírez y en la tintorería La Moderna», indica José Antonio. Más allá era campo y en lo que hoy es la zapatería Seijas, en la rúa República Arxentina, ramoneaban las cabras.

«Vi nacer el Ensanche casi sin darme cuenta», dice nuestro comerciante, que se quedó absorto viendo elevarse, y con él dentro, el primer ascensor en el edificio del Metropol. «Subí con mucho miedo», reconoce. Parece obvio. Un poco después, en Ribeira, vio el primer semáforo de su vida. En Santiago aún no existían.

Sus pasos educativos, tras el colegio de la Milagrosa, se encaminaron hacia Peleteiro: «Guardo buenos recuerdos del centro, pero la disciplina era muy fuerte». Al salir, le esperaba la carrera de Maxisterio. Tras ganar las oposiciones, rigió las aulas durante siete años. Pidió una excedencia y se convirtió en director comercial de la Enciclopedia Gallega. En el año 1993 nacía Área Central y abrió una tienda de zapatos y prendas de piel.

La ciudad se dividía en Fontiñas, casco viejo, Ensanche y los barrios. Ese cuádruple escenario se le metió en la cabeza a José Antonio, que no paró hasta cubrirlos: «Yo quería entrar en los cuatro puntos neurálgicos de la ciudad: Área Central, República Arxentina, Calderería y As Cancelas». Y en algún caso lo hizo con la crisis encima: «Cuando abrí en As Cancelas la gente me tachaba de loco. Pero si viene gente de fuera, un comerciante de Santiago no puede dejarse comer el terreno».

Lo que tiene claro Seijas es que el área comercial de Santiago es de más de 400.000 habitantes, no de 95.000: «Hay mucha gente que se queda en la tienda de barrio para cuatro vecinos y cree que tiene el problema solucionado. Eso hoy es imposible».

La moda en calzado

Uno de los signos claros del futuro, irreversibles, es la red de redes: «Si Amancio Ortega vende por Internet, nosotros también». Lo cual no significa perder la tienda física: «El comercio tradicional va a existir siempre. Representa un trato más personal y otras circunstancias que el cliente agradece». Obviamente, hay quien prefiere probar un zapato en una tienda y no en Internet.

¿Y qué tendencias se ven? Para la mujer, por ejemplo, no están de moda las botas altas y sí las mosqueteras y botines. Y el tipo australiano, peludito, así como el calzado tipo masculino con cordones. «La moda es muy cambiante», advierte Seijas. ¿Entran más hombres o mujeres? «Las mujeres, de 20 a 1 como mínimo». Aunque empieza a abrirse el panorama y cada vez llegan más caballeros interesándose por los artículos, «a Dios gracias».

José Antonio también ha estado muy vinculado al asociacionismo, y de hecho fue el último mohicano (junto a Antón Pedreira) en la lucha por intentar salvar Acotes: «Fue imposible salvarlo, y es una pena, porque Acotes llegó a ser una de las asociaciones más grandes de Galicia y es muy necesaria. Ahora mismo estamos indefensos, ya que Santiago Centro no es propiamente una asociación, sino una fundación». Seijas aún confía en que haya savia joven que tome las riendas asociativas.

En Área Central fue un defensor del aparcamiento y entabló gestiones con Xosé Bugallo y Agustín Hernández para acometer esa obra en el entorno, pero «por acontecimientos políticos» no cuajó. Es vital, a su juicio, un párking gratis en un centro comercial. Pese a todo, Área Central «con los outlets se está revitalizando y hay que ir al outlet de Galicia».