Juicio paralelo. Un proceso administrativo que nunca tendría que haberse judicializado. Nos investigan pero no por robar ni malversar fondos públicos. Perdimos la inocencia, pero no la honestidad. El grupo está unido. Me gustaría saber de dónde sale la denuncia. Solo son diligencias previas. Espero que los medios le den la misma importancia si se archiva. Estoy con los míos. Hay mucha gente interesada en dañarnos. Nos tratan peor que a los demás. Esta es la retahíla de excusas que ayer enumeró el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, para justificar que siga en el cargo su concejal de Urbanismo, al que una jueza ha imputado -ahora se dice investigado- por un delito de corrupción. En este caso, prevaricación por trato de favor a bares a los que, según él mismo admitió, paralizó expedientes sancionadores en el Concello porque no estaba de acuerdo con los técnicos. Y según iba hablando y hablando, a Noriega cada vez se le ponía más cara de Ángel Currás. Aquel alcalde del PP doblemente imputado que presidió el gobierno local más imputado de la historia de la ciudad. Aquel que se aferró al cargo con idénticos argumentos que la letanía esgrimida por Noriega. Aquel al que el regidor, el propio Duarte y toda Compostela Aberta exigieron su dimisión por hacer y decir lo mismo que ahora hacen y dicen ellos. La dignidad y la honestidad no solo se adquieren con lo que uno hace, sino también con lo que uno dice que hará y lo que efectivamente hace cuando llega la hora de la verdad. Es fácil poner listones éticos a los demás que uno pasa por debajo cuando le exigen saltarlos.