«Si el Concello hiciese lo suficiente con los ruidos los vecinos no acudirían a mí»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Reduce a una simple «broma» que Noriega ironizase con que iba pedir «á valedora amparo contra a valedora»

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Milagros Otero Parga (Santiago, 1960) es de esas personas que creen que hablando se entiende la gente. Empatía y diálogo son, asegura la valedora do pobo, sus mayores armas a la hora de resolver conflictos y defender a los ciudadanos. Con esta receta cree que tienen solución hasta los problemas más complejos, como el de los ruidos que provocan los bares de copas o el de los sintecho de la plaza del Toural. Por estos asuntos ha llamado varias veces la atención al Concello compostelano, algo que hizo que esta semana el alcalde, Martiño Noriega (Compostela Aberta), dijese: «Voulle pedir á valedora amparo contra a valedora».

-¿Qué pasa últimamente que tanto acuden los compostelanos al Valedor pidiendo su amparo?

-Compostelanos y gallegos. En general, hay más personas que piden amparo. Tenemos un incremento muy grande del número de quejas.

-¿A qué se debe?

-Creo que se conoce más la institución. Quiero pensar que el hecho de haberla hecho más visible, con muchas visitas institucionales y presencia en todos los actos que puedan tener algún tipo de relación con el respeto por los derechos de los ciudadanos, pues hace que cada vez sea más conocida. También espero que sea que tenemos bastante éxito en nuestra actuación.

-Su último dictamen es sobre los ruidos en la calle Entremuros. Algún hostelero piensa que los medios de comunicación exageramos. ¿Diría que ese problema es real o que lo hemos inflado?

-Cuando una persona se queja de un problema es real. Cuando una persona no puede dormir, ese problema es real. Cuando no es solo una persona, sino muchas, pues ese problema es real. Creo que deberíamos tener empatía con los problemas de las personas, que es lo que tratamos desde esta institución. Las personas no se quejan por gusto, se quejan porque tienen problemas. El de los ruidos es un problema muy importante en toda Galicia, no solo en Santiago. Tanto es así que fue el tema central de la última reunión de defensores de derechos humanos que hemos tenido recientemente en Pamplona. En Santiago hay problemas de ruidos y hay vecinos que se quejan y están en su derecho porque es tremendo no poder dormir.

-¿Y el Concello está haciendo lo suficiente para corregirlo?

-Hombre, si hicieran lo suficiente por corregir los ruidos los vecinos no acudirían a mí. Yo comprendo que es difícil y que hay muchos intereses encontrados. El de las personas que tienen derecho a divertirse, el de los hosteleros a realizar su trabajo y a incluso poder ver incrementada su ganancia con el buen tiempo y está el de los vecinos que tienen derecho a poder vivir en paz. Sé que no es un problema fácil, pero eso no quiere decir que no exista. Es un problema real que tiene que ser abordado y los concellos afectados, no solo el de Santiago, tienen que implicarse y de una forma muy importante.

-Ese último informe motivó que el alcalde de Santiago dijese que le iba a pedir a la valedora amparo contra la valedora.

-Eso fue una broma del alcalde (se ríe), pero él sabe perfectamente que la valedora solo puede amparar a los ciudadanos. Y también sabe que no soy yo quien le dice que haga nada bien o mal, sino que son los ciudadanos y yo le doy traslado. Sé que Martiño Noriega es una persona respetuosa y concienciada con los derechos sociales y por eso estoy segura de que él entiende que yo tengo que proteger los derechos de los ciudadanos. Esto son bromas que a veces se producen y que a la ciudadanía le hacen gracia, pero no tiene ninguna importancia.

-No es la primera vez que desde el gobierno local se quejan y dicen sentirse atacados.

-Lógicamente, cuando a una persona, a un grupo, a un alcalde o a un conselleiro le dices que una cosa que está haciendo puede ser que no esté bien hecha, pues no le gusta. El alcalde de Santiago es perfectamente consciente de que yo no tengo frente a él una actitud peor que frente a otro. Lo que pasa es que el decir que uno está perseguido está a veces dentro hasta de la propia dinámica del discurso político, pero solo hay que mirar nuestros informes y verá que no es él el alcalde gallego que tiene más recomendaciones por nuestra parte, ni mucho menos.

-Pero se quejan...

-Sí... No se por qué se quejan, pero no creo que tengan razón. Son cuestiones, creo, de juego verbal, pero no hay mala relación entre el alcalde de Santiago y yo. Por mi parte no la hay ni con él ni con nadie. Lo que pasa es que es normal que yo tenga que decirle a él, como a otros alcaldes o a un conselleiro, las cosas que está haciendo mal. Es que estoy para eso. A él no le gustaría una valedora apática, estoy segura. Y además hace cosas que están bien hechas. Por ejemplo, me ha gustado esta última iniciativa de intentar ofrecer a los menores una programación lúdica que los aleje del botellón. Esa es una iniciativa magnífica y realmente lo felicito por ella. Pero de la misma forma que hace cosas que son para felicitarlo, hace otras que no lo son y entonces yo tengo que decirle que no las hace bien.

-De lo investigado hasta ahora en Entremuros, ¿qué diría que está pasando en esta calle?

-Pues, como su propio nombre indica, esta es una calle muy estrechita, además es un lugar antiguo, del casco viejo, y por tanto las construcciones están menos insonorizadas. Las personas que salen de los bares salen muchas veces... un poco alegres, digámoslo así, y los hosteleros dicen que ellos no pueden controlarlos en la calle, pero alguien los tiene que controlar. A lo mejor el control tiene que ser dentro del local, no necesariamente fuera. Tienen que arreglarse. Yo me ofrezco para hacer una labor de mediación, si quieren, entre hosteleros, Concello y vecinos. El camino es hablar las cosas. No es una situación nueva, es verdad, y por eso dice el alcalde que este es un problema antiguo y sí, pero él no es antiguo y yo tampoco y ahora nos toca a él y a mí intentar resolverlo, porque esa es nuestra responsabilidad.

«Cuando una persona no puede dormir, ese problema es real. Es tremendo no poder dormir»

«Lógicamente, cuando a un alcalde le dices que no está haciendo bien algo, pues no le gusta»