Con una rúbrica se va al Gaiás, y con otra se depurará el río Sar

Xosé manuel cambeiro LA VOZ/ SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

09 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A duras penas se van abriendo camino proyectos claves para Santiago. Son algunas de las funciones del Gobierno en funciones. Todo camina a paso de tortuga, la gigante, como el entramado administrativo que arrastra el Estado. De la lentitud ha podido ser rescatado el acceso al Gaiás. Y uno respira aliviado aunque algo asmático con el proyecto del enlace orbital, más cerca de Meirama.

Hasta el nombre del poseedor de cartera de Fomento a menudo exige exprimir la memoria, porque a muchos les sigue saliendo el de Ana Pastor cuando su asiento lo calienta ahora Rafael Catalá, que conoce bien Sar pero quizás no otras zonas de Santiago. Es ahora el deudor de los compostelanos. Acaba de cancelar la deuda del Gaiás y tendría que hacer lo propio con el orbital. Hay quien le recuerda algún otro débito por el sur de la ciudad, pero eso se dirime en un estrado.

Como la sonrisa del destino parece exhibirla ahora el PP, y las riendas del Estado seguirán previsiblemente en sus manos sin nuevas elecciones (de haberlas chirriaría éticamente la presencia de los actuales candidatos), puede que los empresarios de la zona norte estén de suerte y vean moverse las máquinas entre la AP-9 y la A-54 antes del 25-D. Quizás por eso se han montado ya todas las campanas de la torre sur catedralicia, para el evento. El objetivo: desbloquear el orbital y la partida presupuestaria.

Es de suponer que, llegado el caso, no colisionen las soluciones de la ampliación de la AP-9 y el enlace de Fomento en esa área. En materia de infraestructuras viales son más serios los colapsos administrativos que los del tráfico que se disponen a resolver. Y los ilusionados empresarios ya se están apercibiendo de ello.

Por lo de pronto, una rúbrica múltiple ha puesto a andar el enlace con la Cidade da Cultura, que llevaba años figurando en agendas y papeles mediáticos. Lo que no figuraba, eso sí, es la nueva perspectiva que arroja la actuación: la inmersión del tráfico en la ciudad, más allá del Gaiás y de las puertas que la AP-9 le abren hoy a los conductores. Muchos ciudadanos de Sar y Fontiñas que recibían hasta hace poco somnolientos la noticia del enlace, despertaron de golpe con la nuevas opciones, bastante atractivas, de tránsito hacia sus casas.

Sin cuñas

Así que, si hay buenas espabiladeras administrativas, normalmente encerradas en un cajón, los ciudadanos podrían estar disfrutando del nuevo acceso urbano en el año 2018. Siempre y cuando no haya cuñas por el medio como en la rotonda de Conxo, que por cierto ha representado un gran paso para la humanidad compostelana del volante.

Si una firma pone a andar la conexión del Gaiás, ¿dónde está la que ha de activar la depuradora de O Souto? Este misterioso proyecto, amamantado por las ubres europeas, que pueden secarse, precisa con urgencia de la estilográfica. Y el Sar precisa de sus servicios, aunque sea abonando una factura doble en relación a la antigua base de Silvouta.

La mejora del filtro depuratorio de las actuales instalaciones alivia la cochambre fluvial, pero la solución sigue perdida en un despacho de Madrid, presa de las garras de la interinidad del Gobierno. Las garras deberá mostrarlas la ciudad en caso de que los fondos europeos emprendan otra ruta menos jacobea, que todo puede suceder. Uno quiere ver una autoridad, con algo más de poder que Verónica Pérez, que mueva de una vez el proyecto. Resulta lamentable leer el titular «La ausencia de Gobierno retrasa un año más la depuradora». Susana Luaña encabeza así una información reciente que debería funcionar como depuradora de membranas administrativas.

Bajando peldaños hasta el plano local, la ciudad se congratula del obsequio de diez millones que la UE le concede a Compostela. Aunque haya que quitarle vitela y varillas al abanico de obras, debido a la reducción del importe, permite abordar algunas de las caras poliédricas de la ciudad: reurbanizaciones, senderos, accesos, saneamiento, infraestructuras periféricas, eficiencia energética, ... y no seguimos por si se agotan los recursos. A Coruña y Ferrol no obtuvieron un céntimo, lo que pone al descubierto el mérito del Concello compostelano.