Un australiano recorre en kayak desde Irún el Camino del Norte

M. Rodríguez, B. figueira SANTIAGO, CARBALLO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

ANA GARCÍA

Tardó 35 días en superar los mil kilómetros hasta Fisterra

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El australiano Timothy Wainwright llegó ayer al Obradoiro tras recorrer el Camino del Norte en kayak desde Irún a Fisterra. Fueron 35 días y mil kilómetros por mar hasta llegar este lunes a la Costa da Morte. Después, emprendió la ruta que lo trajo a Santiago de Compostela.

Wainwright ya había realizado el pasado año el Camino del Norte, pero entonces lo hizo a pie, «para limpiar mi mente». Este año se propuso realizar la misma ruta pero en kayak para dar a conocer la labor moral de la organización Everyman’s Welfare Service con los miembros de la Fuerza de Defensa Australiana y sus familiares. «A pesar de ser más difícil remar que caminar, sienta mucho mejor y tiene más mérito para uno mismo», afirmaba tras llegar a Fisterra este lunes.

Para afrontar estos mil kilómetros de travesía marítima, que inició el 26 de julio, este australiano no tenía una rutina fija, pero lo habitual era pasar el día en el agua y, al atardecer, dirigirse a un puerto, buscar un albergue, cenar y visitar cada pueblo de noche. La mayoría de las comidas del mediodía las tomó en el agua durante una pausa de 15 minutos. Eso sí, un día de la semana lo destinaba a descansar.

La ruta no estuvo exenta de contratiempos para este australiano que trabaja como socorrista de surf en Sídney, también es bombero y había ganado una competición de kayak en río con 15 años, con lo que ya contaba con experiencia en el terreno. Así, a su llegada a la Costa da Morte, recordaba una tormenta en Llanes (Asturias), que le obligó a llegar a tierra surfeando con el kayak, o el fuerte oleaje en Ribadeo, que le tumbó la embarcación. Una picadura de medusa le obligó a estar tres días en San Vicente de la Barquera (Cantabria), con medicamentos. Pese a ello, no tuvo miedo: «Estaba mentalmente preparado. Siempre pensaba en seguir adelante».

Este australiano, que ya por dos veces peregrinó, no descarta regresar a Galicia «porque hay lugares muy bonitos en los que solo pude estar unas horas».