Una sentencia provoca el desahucio municipal de la estación de Berdía

x.r. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

sandra alonso

El Concello dejó de abonar hace diez años los alquileres requeridos por el ADIF

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento se queda sin la vieja estación de Berdía. Un sentencia judicial acaba de despojar a la administración compostelana de un edificio que hace una década le fue cedido en régimen de alquiler por la sociedad gestora de los ferrocarriles, ADIF. La resolución judicial viene a suponer en la práctica un desahucio del Concello de Santiago.

El edificio fue desafectado en su día por el Estado, al cerrarse al tráfico ferroviario la vía férrea entre Zamora y A Coruña. Esa clausura dejó la huella de una ruta abandonada y algunas estaciones desocupadas, como las compostelanas de A Sionlla y Berdía. Un edificio tan aprovechable (para ADIF ya no) no podía estar mucho tiempo a merced de los murciélagos como inquilinos. Las pertinentes negociaciones dieron como resultado la cesión del inmueble al Ayuntamiento en el año 2004.

El vecindario de la zona carecía de unas instalaciones socioculturales y el inmueble, convenientemente adaptado, ofrecía una magnífica estampa para ese cometido. El organismo estatal lo cedió por un precio simbólico. Pero cuando se habla de organismos estatales, los símbolos enseguida se esfuman y surge el sentido práctico y el lucro.

En el Supremo

El ADIF requirió desde mediados de la pasada década el pago de un alquiler de 700 euros mensuales y el Ayuntamiento, considerando que el arrendador se subía a la parra, dejó de pagar la renta. Una cosa es algo simbólico y otra el sueldo mínimo de una persona, o casi. El hecho es que el organismo estatal no se ablandó ni cedió en sus pretensiones de rentabilizar mensualmente su antigua estación, y demandó al Ayuntamiento por impago. El asunto terminó en las más altas instancias judiciales.

La primera resolución, dictada en el 2013, fue contraria al consistorio. Y ahora el Tribunal Supremo acaba de confirmar que el Concello debe hacer frente a los alquileres. ADIF le pone precio a la deuda: 31.731,89 euros. Y el gobierno de Noriega, que empieza a hartarse de estas herencias envenenadas que minan su erario, ya está buscando un nuevo hueco económico para encajar los más de treinta mil euros.

Y no es solo el abono de los atrasos. La justicia le dice al Concello que, si tiene muebles allí, los recoja, porque el edificio vuelve a manos del ADIF. Mobiliario municipal no hay, porque la vieja estación dejó de albergar actividades vecinales en mayo del 2013 y los enseres aterrizaron en Nemenzo. El Ayuntamiento queda desahuciado en la práctica y, si quiere recobrar el uso del edificio, debe negociar un nuevo contrato con el ente ferroviario. Si lo hace, tiene que saber lo que cuesta un peine simbólico.