Llega el grupo de estudiantes del IES Rosalía retenido en París por la huelga de controladores aéreos

SANTIAGO CIUDAD

Álvaro Ballesteros

Llegaron en autobús desde Asturias al centro, donde fueron recibidos, con 18 horas de retraso, entre aplausos de sus familiares

24 jun 2016 . Actualizado a las 14:18 h.

A las 13.00 horas en punto estacionó junto a la entrada del IES Rosalía el autobús que transportaba a un grupo de estudiantes de cuarto de secundaria del centro, retenido en París a causa de la huelga de controladores aéreos franceses. Llegaron con 18 horas de retraso, pues en principio estaba previsto que aterrizasen en Lavacolla ayer a las 19.00 horas. Les esperaban sus familiares, que les recibieron entre aplausos, y el director del instituto, Ubaldo Rueda, que acudió para abrir el centro y permitir que les pudiesen aguardar en el interior y así protegerse del sol, pues algunas familias se acercaron varios minutos antes.

La expedición del instituto compostelano tenía previsto regresar en un vuelo de Vueling en la tarde del jueves. Cuando llegaron al aeropuerto Charles De Gaulle se enteraron de que su vuelo estaba afectado por el conflicto laboral de controladores franceses. Inicialmente se anunció que partiría con retraso, pero después se confirmó que no despegaba y que deberían prolongar su estancia en la capital francesa.

El grupo, de 19 estudiantes (eran inicialmente 20, pero una regresó antes) y dos docentes (la jefa de estudios del centro, Milvia Varela, y la jefa del departamento de Francés, Carme Maril) protestaron y realizaron gestiones para buscar otras alternativas de viaje, que no prosperaron. Finalmente, y gracias a la mediación de la agencia de viajes de Santiago con la que organizaron el desplazamiento, consiguieron poder regresar a primera hora de la mañana de hoy. También lograron que les alojasen, para pasar la noche, en un hotel situado en las inmediaciones del aeropuerto. A las 7.30 de la mañana partió el avión que les transportó hasta el aeropuerto de Avilés. Allí les esperaba un autobús para traerles a Santiago y culminar así un viaje de estudios de dos semanas a Francia, para perfeccionar el idioma, que tuvo este final de aventura inesperado.