Cuatro titulaciones se mantienen en la USC gracias a un plan de viabilidad

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Más de 2.500 alumnos separan las facultades más masificadas de las que se vacían

18 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Xunta de Galicia llamó la atención a los gobiernos de las universidades gallegas para que reflexionen sobre la racionalización del mapa de facultades y de su oferta, al hilo de la intención de la Universidad Complutense de Madrid de reducir de 26 a 17 el número de sus facultades. De entrada, la Universidade de Santiago no tiene previsto, al menos de momento, suprimir la actividad en ninguno de sus 33 edificios educativos ni de adelgazar el número de titulaciones, y eso que imparte varias en las que no se llega al número de matriculados nuevos que exige la administración. Pero también es verdad que esos grados se siguen impartiendo porque la Xunta les dio el visto bueno a raíz de un plan de viabilidad presentado por la USC, requisito obligatorio si no se alcanza la matrícula mínima exigida.

En esa situación están cuatro titulaciones de la Universidade compostelana. Son las de Filoloxía Galega y Clásica, Filosofía y Xeomática, impartida esta última en el campus de Lugo. En todas ellas, la matrícula de alumnos de primero no alcanza el medio centenar, pero seguirán vigentes gracias a ese plan. En el caso de Filosofía, la USC esgrimió que es el único campus gallego que la ofrece, de ahí la necesidad de su permanencia. En otras titulaciones con escasa demanda se echó mano de la necesidad de ofertarlas al margen de sus salidas laborales por el interés de los contenidos que imparten.

No deja de haber una contradicción entre lo que autorizó la Consellería de Educación y el debate que pide que se abra el presidente de la Xunta, ya que Núñez Feijoo apeló precisamente a la demanda para pedir a los rectores que abran una reflexión sobre la necesidad de reestructurar el mapa universitario.

Importante desfase

Pero al margen del debate abierto por la decisión de la Complutense, lo cierto es que en la Universidade de Santiago hay un importante desfase entre las titulaciones más demandadas, y que se corresponden con las que tienen más salidas laborales, y las que no alcanzan el número mínimo de alumnos exigidos. Ese desfase se traduce en 2.664 alumnos de diferencia entre unas facultades y otras. Es la que va entre las titulaciones que imparte Humanidades -en el campus de Lugo-, que contó este año con 183 alumnos, y el número de estudiantes matriculados en el edificio que alberga Medicina y Odontoloxía -en Santiago-, con 2.847 estudiantes. Con un número de alumnos por debajo de la media están también las facultades de Filosofía, con 202 universitarios, y la de Óptica y Optometría, con 342. Después de la de Medicina, las facultades con más matrícula son las de Económicas y Empresariales, con 2.010 estudiantes, y Filoloxía, con 1.519.

Tal y como anunció hace unos meses el vicerrector de Oferta Educativa de la USC, Roberto López, no está previsto de momento suprimir ninguna de estas titulaciones, y tampoco se prevé cerrar facultad alguna. Es más, la USC quiere incorporar en breve los grados de Criminoloxía y Biotecnoloxía. En cuanto a la oferta de plazas, la del curso que viene será similar a la del que ahora termina, con unos pequeños reajustes en algunos grados que están relacionados con las dobles titulaciones y la necesidad de regular la entrada de estudiantes tras la selectividad.

Viaño aboga por actualizar el régimen de infracciones y sanciones del alumno

Santiago acoge estos días una reunión ordinaria de la comisión ejecutiva de la Conferencia Estatal de Defensores Universitarios, un organismo del que forma parte el profesor Miguel Alcaraz, Valedor de la comunidad educativa de la USC. Entre otras cuestiones, en la reunión se habló del encuentro estatal de Defensores Universitarios que se celebrará en octubre en Córdoba. Los asistentes a la reunión fueron recibidos ayer por el rector de la USC, Juan Viaño, quien abogó, entre otras cuestiones, por desarrollar el Estatuto do Estudante Universitario y por actualizar «documentos do século pasado como o réxime de infraccións e sancións». La desaparición de planes de estudios y la creación de la Red Iberoamericana de Defensores Universitarios fueron otros temas tratados.