«De nenos xogabamos ao fútbol na que é hoxe a calle Nova, que era de terra»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Juan Hombre se jubila tras 25 años en el instituto Fontiñas, de los que 23 fue director

30 may 2016 . Actualizado a las 11:23 h.

Nació en A Rapa da Folla cuando después de esta calle «xa todo era campo». Juan Hombre vivió prácticamente toda la vida en la Costa da Camelia, y de hecho sigue haciéndolo casi sesenta años después. Él, y otros dos de sus hermanos, «pero chegamos a vivir no mesmo rellano catro».

Compostelano de pro, para llegar a las casas de Ramírez había que hacerlo por un camino, y la praza Roxa no era ni un proyecto. «Un accedía á cidade por Conxo polos campos de San José», dice el hasta hace poco director del instituto As Fontiñas, un cargo que ostentó durante 23 años.

De pequeño se jugaba en la calle, como se hacía antes, aunque ni asfaltado había, «de nenos nos xogabamos no que é hoxe a calle Nova, que era de terra. Poñiamos dúas pedras de portería e xogabamos aí», cuenta.

Como era el sexto de ocho hermanos, seis chicas y dos chicos, «era máis ben traste, segundo contan». ¿Y cómo acabó en la docencia? Asegura Juan que por casualidad. Tenía una hermana que trabajaba en Madrid y le dijo que se habían convocado unas oposiciones «vindo dunhas vacacións en Andalucía». Se presentó y aprobó. Se preparó en torno a una docena de temas y la suerte estuvo de su lado, «aínda me lembro do nome do tema, documentos mercantís. Cando vin que saía a boliña dixen: este é o meu». Tenía 24 años, estaba estudiando Empresariales y su primer destino fue Boal «tiven que mirar na enciclopedia onde estaba, que daquela usábase», bromea. Allá se fue, a 40 kilómetros de Luarca, pero solo estuvo un curso. Poco a poco se fue acercando a Santiago, tras pasar tres años en un instituto de Betanzos y otros cinco en Padrón.

Llegó al IES As Fontiñas hace 25 años, estrenando el centro, tanto que tuvieron que esperar a noviembre para empezar. El instituto comenzó desde un principio como centro de formación profesional, y de hecho los estudios de bachillerato se implantaron después. Juan Hombre admite que la FP evolucionó, y en muchos aspectos para bien. Por ejemplo en el prestigio. Hoy ya no es una segunda opción. «Que hoxe atopes nun ciclo superior a cinco ou seis licenciados non é raro, veñen alumnos non so con carreiras a medio acabar senón acabadas», dice.

Sin embargo, le ve un fallo a los últimos cambios que incorpora la Lomce, el hecho de que los estudiantes de secundaria, ya en los últimos cursos de la etapa, tengan que decantarse por distintos itinerarios, «este tipo de decisións canto máis tarde mellor, porque non tes capacidade xa para decidir con catorce anos». Además, ve la FP demasiado diversificada, lo que acaba provocando que haya muchos alumnos que estudian ciclos elegidos en segunda o tercera opción por no tener plaza en los más demandados.

Juan Hombre se jubila en septiembre, con 60 años, pero tiene muy claro que era lo que quería, «non tiven dúbidas, se me deixan ir voume», dice. En unos meses se ve paseando más de lo que lo hace ahora, «lendo un pouco máis tamén», e disfrutando de sus dos nietos pequeños, de cuatro y un año «que están xusto para disfrutar deles».

Y Santiago es una ciudad que se presta a pasear, asegura, «É unha cidade que se pode camiñar moi fácil, tires para onde tires, e hai zonas con moitísimo encanto, como poden ser por exemplo as beiras do Sar e do Sarela, unha camiñada espectacular estando ao carón do centro de Santiago», concluye.

Nombre. Juan José Hombre Eiras (Santiago, 1956).

Profesión. Profesor en el IES As Fontiñas. Se jubila en septiembre.

Rincón elegido. «Fontiñas, porque como barrio é un exemplo de expansión e porque botei aquí 25 anos de profesor e 23 de director».

«O Obradoiro é unha illa do que é a cidade a nivel deportivo»

El deporte es su pasión. Comenzó en el Obradoiro, cuando estaba en primera división. Fue hace más de veinticinco años, «cando traballaba en Padrón, nos tempos de Carlos Calvo». Después se desvinculó durante un tiempo y volvió con el Rosalía y Ubaldo Rueda «que me liou, e chegamos a xogar a promoción para ascender a primeira». Su afición no es solo por el baloncesto, sino que también está implicado en el Santiago Futsal, y además siempre ha sido socio del Compos, aunque la última temporada no lo fue, «pero espero facerme este ano. No Obradoiro e no Futsal estou a nivel de xestión, pero no Compos so como socio, nada máis», aclara.

Y asegura que el Obra, que acaba de celebrar la permanencia en Sar hace una semana, «é unha illa do que é a cidade a nivel deportivo», ya que ha logrado que los compostelanos se vuelquen con un equipo. Porque admite que en la ciudad no hay, como en otras, un arraigo por el deporte y los equipos. Lo achaca a los pocos compostelanos que hay en Santiago. «Chegan e saen autobuses todos os días de xente que traballa aquí e vive fora». Y hay que sumar los que viven en el área metropolitana, «co cal Santiago queda deserto os fins de semana que é cando a xente podería ir aos partidos», explica.

Crecimiento

Así como admite que Fontiñas es un ejemplo de barrio, lamenta que no se hayan desarrollado de forma tan ordenada otras zonas, «hai partes da cidade, como a saída cara Santa Comba, que puideron medrar dun xeito ben organizado e iso bótase en falta, ese desenvolvemento en lugar de medrar os concellos limítrofes, que ao final xeran desprazamentos, entradas e saídas da cidade, e tráfico», apunta.