Quiero ser de Compostela

Jesús Varela Mallou

SANTIAGO CIUDAD

02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

He ahí el notición: «El gobierno local va a aplicar mano dura contra los establecimientos del casco histórico que invaden el espacio público con elementos publicitarios, exhibición de mercancía, etc.». Al fin nuestra ciudad histórica volverá a ser estimulante de estados de ánimo favorables para que ocurran historias entre personas.

Quiero dar mi más sincera enhorabuena a este gobierno local que declara la batalla a estas malas prácticas de una parte del comercio y hostelería que, en lugar de contribuir a dar vida y carácter a Compostela, adoptan las actitudes de muchas franquicias absurdas que invaden las fachadas y calles con groseros carteles y luminarias. Me resisto a creer que esto sea un «fiel reflejo de lo que somos y nos gusta ser». No, no somos eso y tampoco queremos que la actividad comercial desaparezca, pues ello iría en contra de una zona histórica residencial. Deseamos convivir sin ser agredidos por esos estúpidos «estaribeles» que ocupan el espacio público. Señores empresarios, con lo bonito que es pasear por Compostela e ir viendo escaparates.

Hace unas semanas, Pérez Reverte mencionaba el proyecto Vital Quarter que desde hace años se ocupa en París de mantener vivo el comercio. Me permito recomendar a nuestros gobernantes que sigan esa senda y favorezcan que subsistan los pequeños negocios facilitando sus rehabilitaciones y rebajas de impuestos, promoviendo aparcamientos y seguridad e, incluso, protegiendo y mimando iniciativas como la de la Rúa Nova, donde, sin saber cómo, han logrado establecerse tiendas tradicionales de diversas actividades que ennoblecen nuestro casco histórico y contribuyen a mantener su carácter.