Tardan 2,5 años en imputar a dos rugbistas por la paliza a un joven

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La madre de García Cea, en el homenaje que le hizo el equipo de fútbol en el que jugaba.
La madre de García Cea, en el homenaje que le hizo el equipo de fútbol en el que jugaba. álvaro ballesteros< / span>

Los jugadores de la selección portuguesa han sido localizados en Lisboa y León

01 dic 2015 . Actualizado a las 15:35 h.

Un juzgado atascado es un juzgado lento y una justicia lenta no es justicia. Lo sabe muy bien David García Cea, de 29 años. El 17 de marzo del 2013 sufrió una brutal agresión tras una noche de copas en Santiago. Identificó como autores de la paliza a un grupo de jugadores de la selección de rugbi portuguesa, que estaban en la ciudad porque se había enfrentado a España en un torneo. Desde aquella noche terrible han pasado 32 meses de silencio absoluto. Más de dos años y medio en los que jamás volvió a tener noticias de una investigación que ahora se reactiva con la imputación de dos de aquellos rugbistas, que han sido citados a declarar por la titular del juzgado de instrucción número 2 de la ciudad, Margarita Guillén.

Los imputados son Juan Andrés Severino Somoza y Juan Manuel Murré. Los dos son argentinos de nacimiento pero se nacionalizaron portugueses para poder jugar con la selección lusa. El primero ha sido localizado en Lisboa y el segundo reside en León. Por ello, la magistrada compostelana ha librado comisión rogatoria a los tribunales de la capital portuguesa y exhorto a los de la ciudad castellanoleonesa para que les tomen declaración.

Los imputados, como el resto de los jugadores portugueses a los que García Cea y sus amigos señalaron como responsables de la agresión, han pasado estos más de dos años y medio como si nada hubiese pasado. Siguieron jugando en equipos franceses, españoles, italianos y portugueses. Murré lo hizo con el Cetransa de Valladolid y entrenó al Aparejadores de Burgos. Al joven compostelano le ha costado más olvidar aquella noche. Una cicatriz en la espalda y un dolor crónico que viene y va le recuerdan a menudo que sufrió el aplastamiento de dos vértebras, que tuvieron que operarle y que estuvo muchos meses con un corsé. Ha pasado página y prefiere intentar olvidar. Ni tan siquiera reside ya en Galicia, porque tuvo que marcharse de España para encontrar el trabajo que estaba buscando cuando sufrió la terrible agresión.

Las faltas ya han prescrito

Aquel 17 de marzo del 2013 no fue solo García Cea la víctima de aquellos puñetazos y patadas. Tres amigos que iban con él también se llevaron algún que otro golpe. Si para el joven la tardanza de la justicia le ha dejado en la boca el amargo sabor de ver como sus agresores seguían su vida con impunidad, para los otros chicos la tardanza ha tenido un efecto aún más nocivo. Al haber transcurrido más de seis meses sin que se produjera ninguna actividad judicial en el caso, las faltas que habían denunciado han prescrito. A sus agresores les han salido gratis.

Aunque con mucho retraso, al menos parece que esa injusticia ya no se producirá en el caso de David García Cea. Su abogada, la compostelana Carmen Torreiro, asegura que siguen trabajando para que se localicen y citen a declarar como imputados «a todos los jugadores de la selección portuguesa de rugbi que han sido identificados ante la Policía Nacional» como los presuntos autores de una agresión que, añade la letrada, «no vamos a permitir que quede impune porque lo que queremos es que paguen por lo que hicieron y que se haga justicia».