Manto de billetes para Nosa Señora de Vilamaior

E.F. SANTA COMBA / LA VOZ

SANTA COMBA

CEDIDA

Miles de devotos disfrutaron en Santa Comba de una de las romerías más concurridas de Galicia

18 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La romería más importante del sudoeste de la provincia de A Coruña y, de las que más dinero recaudan entre los miles de devotos que cada 15 de agosto acuden hasta Nosa Señora de Vilamaior, en el municipio de Santa Comba, cumplió ayer de largo con las expectativas de afluencia. La asistencia quedó cifrada en más de ocho mil romeros que llegaron a pie, peregrinando por la noche desde lugares de Carballo o Coristanco y, sobre todo en coches que se aparcan en fincas próximas al templo, rodeado de todo tipo de puestos de venta de rosquillas, velas y recuerdos religiosos.

La virgen que se venera en Vilamaior está ligada con el agua purificadora que mana en la fuente de estilo barroco. Este manantial, dicen, interviene para curar dolencias como heridas, bultos, verrugas y malformaciones de la piel. De ahí la masiva afluencia de creyentes de toda Galicia que ven en la imagen que sale en procesión en Vilamaior una cura a infinidad de males. Es tal la creencia en sus poderes que del manto de la virgen de Vilamaior cuelgan los billetes de hasta 100 euros que los devotos ofrecen para erradicar sus dolencias.

La tradición establece que para lograr que la virgen de Vilamaior atienda las plegarias hay que pasarle la estampita por su imagen, encargar misas y adquirir velas para agradecer su apoyo.

Ante la multitudinaria presencia de devotos en la romería se estima que la recaudación puede superar los 30.000 euros, una parte de los cuales no vendría mal para cubrir con teja la uralita gris que cubre el techo de la iglesia.

El momento cumbre de la ceremonia religiosa xalleira es la procesión tras el oficio cantado, donde se pujan importantes sumas de dinero para portar la imagen el próximo año.

La Guardia Civil y el servicio de Protección Civil de Santa Comba realizan un trabajo de control y seguridad, regulando el tránsito en el interior del santuario, a la vez que intentan evitar el pillaje de los ladrones que aprovechan las aglomeraciones de gente para actuar. Aunque menos concurrida que ayer, el primer domingo de septiembre vuelve a venerarse a la virgen de Vilamaior.