Legado ambiental de Cacharro

Norman Pérez TRIBUNA

SANTA COMBA

11 mar 2015 . Actualizado a las 12:30 h.

En sus últimos años de mandato, Cacharro rompió el tópico de que el medio ambiente es un tema de izquierdas, convirtiéndose en un referente en la protección y puesta en valor del medio natural de Galicia.

En 1999 apostó por convertir el Miño en el motor de un ambicioso programa de desarrollo rural, ambiental y turístico, en combinación con los valiosos pero insuficientes recursos turísticos de la ciudad de Lugo. Rescató entonces del olvido al Miño y lo convirtió en un atractivo compendio de bosques, islas, senderos, molinos, hospedajes rurales y artesanía; unido a elementos de gran valor cultural como rodicios, mazos, sierras hidráulicas y fraguas. Queda para la posteridad el Mazo de Santa Comba, rescatado de su inminente ruina; o el C.I. Terras do Miño, imponente molino resurgido de sus cenizas.

Impulsó además una singular iniciativa de adquisición de bosques, sin parangón en los ecosistemas fluviales españoles, como el de las charcas de Pozo do Ollo, el del río Rato o el de la isla de Burneiros. Creía en el desarrollo rural y no le tembló el pulso al firmar la expropiación de un millón de m2 de bosques en las insuas de San Roque, Cela y Trabanca, salvando a estos parajes de las talas y de convertirse en un campo de golf, para reconvertirlos en un espacio natural conformado por la isla fluvial más grande de Galicia. Fue pionero eliminando eucaliptos en las islas del Miño. Inició la creación del Camiño do Miño, hoy con más de 30 km. en uso, y que, si lo comprendiesen los dirigentes actuales de la Xunta y la Diputación, podría convertirse en un motor de desarrollo similar al Camiño, con su continuación hasta la desembocadura.

Y en 2002, con la valiosa y desinteresada ayuda del profesor Castroviejo, su proceso culminó exitosamente con la declaración por la Unesco de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, primera de Galicia, a la que seguiría más tarde Ancares. Cacharro situó a Lugo en el mapa con el reconocimiento internacional al Miño, aumentando la autoestima de un territorio que ha pasado a tener una fuerte vocación turística. Nos ha legado un inmenso patrimonio, cuya conservación adolece de algún grave defecto.