Además de su avanzado deterioro, la vegetación que crece en muchos inmuebles delata su alarmante situación de abandono
07 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En ruina y con la vegetación creciendo en su interior. Así están algunos inmuebles abandonados del casco histórico de Padrón y hasta del barrio de A Trabanca. En la zona vieja, el deterioro de los edificios es una constante de los últimos años y uno de los caballos de batalla del Concello, a pesar de los expedientes que están en fase de tramitación.
A la ruina de muchos, con tejados, paredes y hasta balcones caídos o apuntalados, se suma la proliferación de maleza o vegetación que sale de su interior, en una imagen impropia de un municipio declarado de interés turístico. Ahora, el grupo socialista de Padrón acaba de denunciar una situación que, según explica, es «reiterativa», de modo que, añade, ya presentó mociones idénticas durante los dos últimos años, en las que insta al gobierno local a actuar en este ámbito.
El portavoz socialista Camilo Forján incide en la ruina de los inmuebles, pero también en la vegetación que sale de su interior. Asegura que, por ahora, «está empezando a medrar. De aquí a un mes xa se verá como está», advierte, en alusión a que será más alta. Se refiere, además, a los edificios que tienen las ventanas o galerías «envoltas en redes», para evitar la caída de elementos sobre la vía pública e insta al gobierno local a tener «valentía política para afrontar o problema», con sanciones a los titulares de los inmuebles, si es necesario.
Con respecto a las casas en ruina de las que sobresale la vegetación, en algún caso sus propietarios están pendientes de la concesión de la licencia municipal de obra para su restauración. Y en otro caso es un problema de herederos de la misma, según explican desde la Oficina de Rehabilitación del Concello.
No obstante, para el PSOE esta última circunstancia, que comparten más edificios en ruina, no puede «condicionar a situación dun pobo». Por eso pide al Concello que actúe para intentar revertir el estado del casco histórico, del que ha sacado el tráfico y las plazas de aparcamiento para proteger su patrimonio.
En cambio, no se dan los pasos definitivos para instar a los titulares de los inmuebles en mal estado, en algún caso próximos a amenaza de derrumbe, a que echen mano de ellos. En varios de esos edificios en ruina cuelgan carteles de inmobiliarias con el anuncio de «se vende». Algún hostelero que está de alquiler en su local trató de adquirir uno de esos inmuebles, pero desistió por los altos precios de los mismos, pese a su ruina y a que habría que sumar la financiación necesaria para una rehabilitación que, en muchos casos, podría ser bastante costosa.