La descoordinación horaria lastra la efectividad de los enlaces entre trenes y buses

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

PADRÓN

Viajar en transporte público por Galicia a través de Santiago puede ser más lento que ir hasta Madrid

12 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A los diferentes actores que intervienen en Santiago para conseguir una estación intermodal acorde a las necesidades de la capital de Galicia les sorprende y molesta que el ADIF exija un número de viajeros a la terminal compostelana que, de momento, está lejos de conseguir -ronda los 2,5 millones anuales pero el listón está en los 3,5 millones- como requisito imprescindible para invertir en las modernas infraestructuras que permitirían a los viajeros del ferrocarril hacer uso del bus sin tener que cruzar la ciudad, como ocurre ahora. Cierto es que otras ciudades como Pontevedra, donde las dos estaciones se dan la mano, tienen parte del camino andado. Pero también es verdad que a la intermodal no se le podrá sacar todo el provecho que ofrece si no se racionalizan los horarios; es decir, si no se coordinan entre los trenes y los buses las entradas y salidas, evitando así que el pasajero pierda horas en esas intersecciones.

No serviría de mucho, por lo tanto, acercar la estación de buses a la de tren si no se evitan situaciones como las que se producen ahora y que alargan los viajes entre diferentes localidades gallegas que se unen a través de estos dos transportes terrestres con la capital de Galicia como enlace. No todos los recorridos tienen que pasar inevitablemente por Santiago, pero sí la mayoría, no en vano las dos estaciones son punto de encuentro de buena parte de las líneas de transporte público que se busca potenciar, un objetivo que caerá en saco roto si no gana en efectividad.

La diseminación de la población gallega dificulta acortar los tiempos de viaje, pero si a eso se suma una falta de coordinación horaria, ocurre lo que a menudo sufren los usuarios del transporte público, que pueden tardar más horas en recorrer Galicia que en llegar a Madrid, y buena parte de ese tiempo se malgasta mientras se espera un tren o se pierde un autobús porque el viaje en Renfe finaliza cuando ya el autocar partió de la estación y se hace necesario aguardar por el siguiente; a veces, más de una hora.

De ahí la paradoja de que combinar trenes y buses para viajar desde Vilagarcía a Ribadeo pasando por Santiago, o desde O Barco de Valdeorras a Padrón, obligue a invertir cinco o seis horas en el tiempo de viaje. Lo más curioso es que de Santiago a Madrid se tarda ahora 5,10 horas, un intervalo que se acortará cuando la alta velocidad esté operativa en todo su recorrido. Y lo que se pierde en tiempo tampoco se ahorra en dinero, porque el coste de esos viajes que cruzan Galicia oscila entre los 22 y los 30 euros, cuando el billete de tren a la capital española es de 22,30 horas. Apostar por el transporte público en esas condiciones resulta muy complicado.