Cuatro años para reconocer un error

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

OROSO

Álvaro Ballesteros

Reclama su expediente por la Lei de Transparencia y no tiene respuesta de Consumo

21 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José y María, nombres ficticios porque prefieren mantener su identidad oculta, llevan cuatro años peleando con Fenosa, y «lo que es más increíble», también con el Instituto de Consumo, por un corte del luz sufrido el 26 de julio del 2012 en su casa de Aríns. Aquel día era jueves, y no se recuperó el servicio hasta el lunes. La empresa alegó, en su momento, que tenían pendiente de pago cinco recibos por valor de 136 euros, y que había sido notificada. Pese a tener sus pagos al día y no haber recibido previo aviso en su casa de Aríns, María recibió una propuesta de la empresa para pagar «y luego reclamar». Entonces, pensó que sería «cosa de días», pero la pesadilla ha durado cuatro años.

Ante la insistencia de Fenosa de que había sido notificada por impagos, María acude al Instituto de Consumo, donde le piden que entregue toda documentación. «Yo no podía entregar ningún documento de previo aviso, porque no los recibí». Después de mucho «pelear» se le ocurrió pedir a Correos un certificado para demostrar que no fueron notificados, y su sorpresa fue que los avisos habían sido remitidos a la dirección de un piso de su propiedad en Sigüeiro (Oroso), y firmadas por la inquilina, que «no nos dice nada». María se pregunta «por qué un buen día cambian la dirección para los avisos previos y para emitir otros recibos de la casa de Aríns con dirección de Oroso».

Después de años de lucha consigue que Fenosa le dé la razón y «reconozca el error», es decir, tenía sus recibos al día, y no había motivo para el corte. Pero, con el reconocimiento no termina la historia. A José le indican que le devolverán los 52 euros (pese a que pagaron 136 euros para recuperar la luz), lo que les obliga a retomar las reclamaciones. María considera que Consumo no llevó el caso con la diligencia debida, y ni siquiera se «molestó en buscar la documentación que tuve que gestionar yo misma». Cuando la mujer reclama los daños por el corte de luz, «me piden que lleve facturas de lo que tengo en el congelador. ¿Cuatro años después? Lo único que pude presentar fue la factura del matadero del becerro que matamos unos meses antes del corte». El cálculo del valor del becerro provocó otro incidente, y es que en Consumo sumaron los kilos del animal y el coste del trabajo de la matanza, sin tener en cuenta el valor real del kilo de carne.

María y José han pedido a Consumo todo el expediente por si deciden llevar el caso a los tribunales. A esta petición, le requirieron el nombre y dirección del reclamante, que es el mismo que hace la solicitud. Todo se pidió según las directrices de la Lei de Transparencia, y superado el plazo marcado en la propia ley, siguen esperando su expediente.