En solo cuatro días, del jueves al domingo pasados, el cauce del río Tambre se ha disparado desde uno de los niveles más bajos de los últimos lustros, hasta casi el desbordamiento. Lo prueban las imágenes tomadas hace una semana y ayer en la zona de Ponte Ínsua, en el límite entre los concellos de Negreira y Brión, donde el Tambre recibe el agua de su afluente Barcala. En el momento más duro de la sequía contabilizaba solo diez hectómetros cúbicos. Ayer (foto de la derecha), el agua cubría una amplia área que la semana pasada estaba al descubierto, llena de arbustos (izquierda). Además, el río llegó a anegar algunas de las construcciones ribereñas en el lugar de Pontemaceira, un episodio que es frecuente en esta época del año. No así el prolongado corte de suministro eléctrico, que obligó a los vecinos de esa zona a hacerse con generadores. «A miña avoa ten 99 anos e non podemos estar sen luz tantas horas», exclamaba ayer Carlos Berdullas, presidente de la Asociación de Veciños San Brais, de Pontemaceira, que adquirió un generador pese a que el domingo por la noche recuperaron el suministro, después de que el Concello de Ames presionase a Fenosa para que no pasasen una noche más sin luz a ambos lados del río, en Piñor y Reino. Los operarios instalaron un generador que ayer, a las 14.15 horas, dejó de funcionar por falta de combustible, hasta que a las 18.45 se recuperó la corriente.