«No es fácil triunfar y poder dedicarse profesionalmente solo al ilusionismo»

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE / LA VOZ

MELIDE

CEDIDA

Con 19 años, acaba de ganar varios premios en el Congreso Nacional de Magia

13 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dani Polo es un chaval listo. Pero de poco, o de nada, le serviría si no fuese también constante y trabajador. Porque en el esfuerzo y en la perseverancia dice este joven de Melide que reside la clave de los éxitos que, con solo 19 años, ha cosechado como mago. Lo que comenzó siendo una afición infantil cuando con 8 años le regalaron el clásico juego de Magia Borrás derivó en un inusual oficio para un estudiante -en este caso, de Comunicación Audiovisual en la USC- que acaba de recibir un tercer premio en el Congreso Nacional de Magia. Celebrado recientemente en el municipio catalán de Manresa, el certamen convirtió al mago melidense en el más reconocido de los seiscientos ilusionistas que se presentaron. Entre ellos, Dani Polo también se impuso con otras tres distinciones: el premio que concede el Club Mágico Italiano, el otorgado por su homólogo de Francia y el concedido por la Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas.

Con ese palmarés, Polo, que ya hace años que apuntaba como joven promesa de la magia, manifiesta estar «muy contento», puesto que «aunque a un concurso vas a por todas, en ningún caso esperaba llevar tantos premios», y menos «en el más prestigioso de España». El ilusionista de Melide cuenta haber hecho realidad «un sueño que tenía desde pequeño» y que ahora le abre puertas «a trabajar en otros países y un montón en España». Valladolid y Murcia son solo dos de las ciudades españolas en las que Dani tiene cerradas actuaciones, que le copan un calendario que lo mantendrá bien ocupado hasta mediados de septiembre.

En su agenda estival también hay reservadas fechas para ofrecer su repertorio en escenarios de toda la comunidad gallega, donde comenzó a cultivar el arte del ilusionismo de la mano del lucense Mago Rafa, con quien aún hoy forma un equipo que trabaja unido con nuevos retos en el horizonte.

A corto plazo pasa por conseguir que el número con el que recibió las diferentes distinciones en el Congreso Nacional de Magia, donde el jurado lo integraron profesionales del ilusionismo que organizan concursos en otros países, «sea más grande y se conozca en más sitios». Es un espectáculo de siete minutos en los que Dani Polo deja sin palabras al público haciendo aparecer en escena más de cincuenta sombrillas. Y a medio-largo plazo, el objetivo «es seguir yendo a concursos fuera de España». De entrada, son retos más que factibles toda vez que los premios recibidos en el certamen estatal le garantizan presentar el número distinguido en Italia, Francia y en Brasil.

Aunque a las puertas de dar el salto al mercado internacional, el joven mago melidense se centra ahora en su intensa gira de verano, a la que puede dedicarle, aunque a costa de unas merecidas vacaciones de estudiante, mucho más tiempo del que dispuso en los últimos meses, cuando tuvo que compaginar unas cinco horas diarias de ensayo con sus estudios de primero de Comunicación Audiovisual en la universidad compostelana. Luego de aprobar todo en junio, dice de la carrera mucho más que «muy bien». Por contenidos como el dominio escénico o las habilidades comunicativas, afirma que la licenciatura «está bien de apoyo para ser mejor mago», aunque quien ya conozca a Dani Polo sobre los escenarios dirá, y no sin razón, que sus cualidades como ilusionista le serán de gran ayuda para la carrera.

El caso es que aunque el joven tiene claro que le gustaría dedicarse en exclusiva a la magia, reconoce que «no es fácil triunfar y dedicarse profesionalmente solo a esto». Por eso, como chico inteligente que demuestra ser, no tiene en mente dejar de lado los estudios universitarios.

Los comienzos. La primera vez que Dani Polo se subió a un escenario tenía 12 años. Fue en un festival de magia de Santiago y compartió cartel con el mago Tamariz.

Su primer reconocimiento. Lo recibió en 2014 en el concurso internacional de magia que se celebra en la localidad valenciana de Almusafes.