El cobro del «catastrazo» causa un malestar generalizado en Melide

Natalia Rodríguez Noguerol
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A la regularización de Hacienda se suma el 10% que aplica al suelo el Concello

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de Melide temen estos días la llegada del cartero. No es para menos. Más de uno se quedará sin sueldo y tendrá que tirar de ahorros -el que los tenga- para hacer frente al pago de los retrasos del IBI vinculados a la regularización catastral impulsada por el Ministerio de Hacienda y que en el municipio melidense se realizó en el 2014, ejercicio, por tanto, desde el que se están reclamando los pagos. Los recibos cantan; están llenos de números Y los que a cuentagotas están llegando de Diputación de A Coruña, como entidad que realiza el cobro de ese impuesto municipal, ordenan el pago extraordinario de la contribución de los dos últimos ejercicios de acuerdo con el nuevo valor de los bienes inmuebles.

Para muestra, un botón: Carmen Vázquez, una de los afectados que, por cientos, se cuentan en Melide, sobre todo en la zona rural, donde ella vive. Días atrás, a esta vecina le llegaron cuatro recibos, que no la eximirán de pagar lo que le corresponde cuando en noviembre tenga que abonar, como todos los años, el IBI ordinario. Dos de las facturas se corresponden con la vivienda unifamiliar en la que reside, revalorizada en cerca de 141.000 euros por haber obrado para poner al descubierto la piedra antigua de la fachada. Tendrá que abonar por el inmueble 1.044 euros: 497 euros, correspondientes al 2014 y 547 euros, del 2015. Los dos restantes recibos le reclaman 397 euros de iguales ejercicios y los pagará por el pajar de la casa, al que se le atribuye un uso residencial. Tributará por él por primera vez en su vida al incluirse en el catastro las construcciones agrarias, antes exentas del pago del IBI rústico, lo que convierte

El llamado catastrazo rural también pasará factura a José Tarrío, que tendrá que abonar 59 euros del año 2014 y 65 euros, del 2015 por el galpón que tiene para guardar herramientas en la parte trasera de su vivienda en la parroquia de San Salvador de Abeancos. Este hombre que no esconde su descontento y su enfado con los gobernantes -«non teñen máis de onde quitarnos», reprocha- teme por lo que le puede llegar a su madre «polas dúas cuadras e a palleira, ademais de pola vivenda», cuenta. «Non lle chega a pensión de 600 euros que cobra», afirma.

¿Qué se puede hacer ante esta situación? «Non se lle pode facer gran cousa», responden en una gestoría de Melide, desde la que explican que el momento de reclamar era cuando, hace aproximadamente un año, se le comunicó por carta a los contribuyentes el nuevo valor que habían adquirido los inmuebles con la actualización, junto con un recibo por construcción de 60 euros en concepto de tasa por regularización catastral. «Moitos clientes -cuentan- alegaron e baixóuselles o valor do inmoble, pero como o Concello revaloriza un 10 por cento o prezo do solo dende hai tres anos, o valor catastral final quedou, máis ou menos, o mesmo». Eso explica ese ligero incremento en el recibo de la contribución de un año a otro. El hecho de que se hayan aceptado esas reclamaciones pone de relieve «que os valores non estaban moi acorde cos prezos actuais de mercado», apuntan desde esta gestoría de la localidad melidense para subrayar que «a propia lei do catastro establece que, en ningún caso, os inmobles deben ter un valor catastral superior aso valores de mercado», como parece que ha sucedido con la regularización extraordinaria de Hacienda.