«Para vivir de escribir hay que vender muchísimo, pero no puedo dejarlo»

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

ARZÚA

NOGUEROL

Se estrena en el mercado editorial con una novela de suspense que tendrá continuidad

29 oct 2016 . Actualizado a las 13:33 h.

A Ana González Rey se le cerró una puerta y se le abrió otra. Y qué puerta. Ni se lo imaginaba. Hace cosa de un año, razones personales la apartaron de su puesto de trabajo en una agencia de seguros en Pamplona y, lejos de perder el tiempo, decidió aprovecharlo dando rienda suelta a lo que más le gusta: escribir. El refugio que encontró en la afición que empezó a cultivar siendo una niña lo ha plasmado en un libro que se presenta bajo el título Un cubata con sabor a café. Es la primera novela de esta mujer de 30 años que por amor dejó atrás su Arzúa natal, adonde regresó esta semana para presentar un libro que este mismo mes salió al mercado literario. En la editorial que lo respaldó -Leibros- ya trabajan maquetando la segunda edición.

Su autora es la primera sorprendida. Y desde el minuto uno. «Empecé escribiendo un relato, pero el contexto empezó a crecer y salió, sin contarlo para nada, una novela», recuerda la escritora, que hasta ahora únicamente tenía trabajos publicados - relatos cortos, concretamente- en antologías benéficas. Ana González también es la primera sorprendida por la acogida que tuvo la obra, un texto con altas dosis de intriga, sazonadas con una pizca de romance. «Tanto en Pamplona como aquí se ha vendido más de lo esperado», cuenta Ana, que sitúa en el suspense una de las claves del éxito de la publicación: «Tiene tanta intriga que no puedes despegar los ojos del texto». Y no solo es palabra de autora. También el comentario que de manera generalizada le hacen llegar los lectores.

Su seguidor más incondicional es Quico, su marido, el primero en ponerla sobre la pista de que el libro podría tener aceptación. Cuenta la autora que cuando acabó de escribirlo -corría el mes de febrero-, se lo dio a leer «y se enganchó». «Y si yo que nunca leí, me enganché -prosigue- ¿por qué no buscas editoriales?, me dijo» . Y así fue cómo a través del blog que tiene en Internet, Ana González se puso en contacto con colegas del gremio para que le recomendasen a cuáles enviar el manuscrito. Le bastó con llamar a un puerta, aunque «luego me escribieron por privado tres editoriales interesadas en mi trabajo, pensando que iba a auto publicar», cuenta.

Y si sorprendida se muestra porque no contaba con ver un libro firmado por ella en las librerías, «menos aún que fuera a escribir una segunda parte, y menos todavía que tenga una idea para otro libro», afirma. La continuación de Un cubata con saber a café está en el horno y casi a punto de salir. La escritora con raíces y familia en Arzúa -«a donde regreso siempre que puedo», cuenta- apunta que está terminando de escribir esa segunda parte y anuncia su publicación para 2017, después de que en la editorial «gustasen los primeros capítulos que envié». Avanza Ana González que el texto tiene «más suspense, es más novela negra» que la historia que narra en el primer libro: la de Alexis Castro, una veinteañera de raíces gallegas «con una vida dura, marcada por alguien que regresa de su pasado y un acontecimiento manchado de sangre»., cuenta la propia autora.

Y hasta ahí puede, y quiere, leer la escritora, para mantener la intriga que caracteriza a la obra desde la misma portada, con un título que nada tiene que ver con una bebida alcohólica, y hasta el final, «que sorprende mucho porque nadie se lo espera», comenta Ana. Su exitosa e inesperada inmersión en el mercado editorial han animado a esta arzuana morriñosa a compaginar el trabajo que desempeñaba hasta ahora con la literatura. De dedicarse de lleno a lo segundo, ni hablar; al menos de momento. «Vivir de escribir es muy difícil, hay que vender muchísimo, pero no puedo dejar de hacerlo», reconoce.

Futuro literario. Ana González ultima la segunda parte de su primera novela y ya ideó una trama para un tercer libro.

Para no perderle la pista. La escritora utiliza las redes sociales para promocionar su obra literaria «porque ayudan muchísimo», dice. Tiene un blog y perfiles en Facebook, Twitter e Instagram.