El exsecretario de las fiestas de Ortoño acusado de quedarse 15.000 euros se libra del juicio

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Álvaro Ballesteros

El delito, que se habría cometido en el 2003, había prescrito

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Eliseo Rivadas Aller era en el 2003 secretario de la comisión encargada de la organización de las fiestas de San Xoán de Ortoño, en Ames, que se celebró del 23 al 26 de junio de aquel año. Su misión era la de recaudar, gestionar y custodiar los fondos destinados a la celebración y al pago de los gastos que se originaron.

Aquella fiesta terminó mal, porque entre los otros miembros de la comisión de fiestas cundió la sospecha de que Rivadas Aller se había quedado con dinero. Aquellas dudas llegaron al juzgado y se tradujeron en una acusación fiscal por un delito continuado de apropiación indebida y a otro de estafa en grado de tentativa. Entendía el ministerio público que el que fue secretario de la entidad organizadora de las fiestas de Ortoño había recibido numerosas entregas de dinero, superiores a 400 euros, «de los que sistemáticamente se apropió para su exclusivo beneficio», señalaba el escrito. La cantidad total con la que, presuntamente, se habría quedado ascendía a no menos de 14.620,74 euros, que es la cifra que creía tener perfectamente acreditada la Fiscalía compostelana.

Facturas sin poder pagarse

A consecuencia de todos los fondos que la comisión de fiestas dejó de percibir, no pudieron efectuar pagos a proveedores, entre ellos 11.000 euros a uno de ellos, más de 600 a una bodega, 1.200 a unos almacenes, más de mil a la empresa encargada de la realización de los carteles y otros 1.200 a un taller.

El juicio contra Eliseo Rivadas tenía que celebrarse ayer en la sección sexta de la Audiencia Provincial, la que tiene su sede en Santiago. El acusado se presentó y también la representación letrada de la comisión de fiestas, que actuaba como acusación particular. Sin embargo, el que era secretario de la entidad en el 2003 no fue juzgado. El motivo fue que los delitos de los que se le acusaba habían prescrito al haber transcurrido más de cinco años desde que presuntamente se cometieron.

El motivo de que el juzgado haya tardado nada menos que trece años en sentar en el banquillo a Rivadas Aller fue, según explicó la acusación particular, que el acusado se fue a vivir fuera de Galicia y no fue posible localizarle. Así pasó el tiempo y ayer a la Fiscalía no le quedó más remedio que solicitar al tribunal que retirase la acusación por haber prescrito los delitos, una propuesta que fue aceptada de forma obligada por todas las partes y la vista oral ya no llegó a celebrarse.