«Cuando hay algún problema, si alguien no tiene la culpa es el perro»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Álvaro Ballesteros

Adoptar, esterilizar y el microchip, son las claves contra el abandono, afirma este veterinario que ejerce en Ames

12 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bimba tiene tres meses y no sabe que en apenas cinco minutos tendrá un microchip dentro de su cuerpo. Pasado este tiempo, esta cachorrita está como si tal cosa mientras Horacio Figueira Silva, veterinario de Saudevet (Bertamiráns), demuestra que la instalación de este artilugio no es nada traumática, ya que se trata de un sencillo proceso, que durará tantos años como Bimba y que supone la mayor garantía para evitar que esta mascota se convierta en un animal abandonado.

La identificación de esta perra coincide en el tiempo con la introducción de mejoras en el microchip que obligatoriamente deben tener todos los perros de compañía. Una de ellas es que permitirá a los veterinarios identificar con mayor rapidez al dueño de cualquier animal inscrito en Galicia. De ahí que Horacio Figueira defienda a ultranza su instalación, aunque matiza que por sí misma no es suficiente, pero sí obligatoria para viajar con el perro y para suscribir un seguro de responsabilidad civil.

«El principal problema con el microchip es el desconocimiento o el miedo a asumir la responsabilidad del perro desde el punto de vista legal», explica, para seguidamente añadir que la concienciación completa abarca más que identificar a tu mascota. Para evitar abandonos hay que apostar, señala, por «la esterilización y la cría responsable», sin olvidar las adopciones, añade, porque también contribuyen al cuidado de animales abandonados y reducen la cría masiva.

Horacio Figueira se instaló en Bertamiráns, procedente de Noia, hace prácticamente diez años, un período en el que ha visto crecer este núcleo metropolitano en el que abundan los perros de compañía. Y en todo este tiempo ha visto una evolución en positivo con la tenencia responsable de animales. «Notamos un cambio en los criterios para adquirir una mascota. Antes, la gente pensaba en comprar a un criador casi siempre un cachorro de una raza canina concreta, pero ahora la tendencia es buscarlos en refugios o acudiendo a asociaciones que atienden y salvan a perros abandonados que necesitan un dueño o una familia. Y vemos cada vez más experiencias de personas que adoptan perros de mediana edad o incluso sénior, muchos de ellos con enfermedades crónicas».

Vivir en una zona en la que abunda la población joven supone una ventaja para los animales de compañía, pero reconoce que convivir con perros en zonas urbanas también genera problemas. «Hay unos hábitos higiénicos más estrictos y también hay prácticas que pueden suponer un problema casi de sanidad pública, pero si hay algo que tenemos que tener claro es que cuando hay algún problema, si alguien no tiene la culpa es el perro».

Horacio insiste en este argumento al señalar que «un animal puede reconducir su conducta y su comportamiento con tiempo y cuidados adecuados, pero un perro con estrés e hiperactividad necesita mucho paseo y ejercicio, y no podemos olvidar que algunas razas necesitan vivir en un hábitat adecuado». Habilitar espacios para el ocio de los perros y sus propietarios es otra de las alternativas, avanza, para evitar conflictos entre vecinos y al mismo tiempo lograr el bienestar animal.