La natalidad repunta un 5 % en la capital, pero sigue habiendo todavía más muertes que partos

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Ames lidera en Galicia con gran holgura el crecimiento vegetativo y solo dos concellos de la zona ganan vecinos

11 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo constató el Instituto Galego de Estatística (IGE) el pasado viernes: no fue el 2015 un mal año para la natalidad en Santiago, pues repuntó de golpe un 4,8 %. Dicha mejora, sin embargo, se reveló claramente insuficiente para contrarrestar el incremento de los índices de mortalidad, que se dispararon hasta cotas inéditas. Murieron un 11,6 % de compostelanos más que en el ejercicio anterior. De hecho, según las cifras oficiales, que alcanzan tan lejos en el tiempo como hasta 1975, perdieron la vida más personas que nunca antes. ¿Resultado? El saldo vegetativo encadenó su tercer curso en números rojos.

Por ese término se entiende la diferencia entre el conjunto de nacimientos y el de defunciones que se producen en un lugar concreto en un período determinado. Frente a los 819 del 2014, durante el 2015 vinieron al mundo 858 nuevos santiagueses, el cuarto mejor registro en dos decenios. En la cruz de la moneda, producto del paulatino envejecimiento poblacional, el cómputo de finados rompió su techo: 939, que en la serie histórica contrastan, por ejemplo, con lo 770 del 2006 o los 681 de 1991. Como consecuencia de lo anterior, el censo cerró el año con un movimiento natural negativo de 81 individuos.

Viendo el asunto con perspectiva gallega, la capital se anotó mejores cifras que cinco de las seis restantes ciudades de la comunidad y peores que la gran excepción: Pontevedra, donde se contabilizaron 674 partos satisfactorios y 671 entierros. En A Coruña, entretanto, los decesos superaron en 556 a los alumbramientos; en Ferrol, en 523; en Vigo, en 420; en Ourense, en 393; y en Lugo, finalmente, en 197.

El comportamiento en el entorno de Santiago no difirió gran cosa del observado en la urbe. De los 24 concellos de la órbita compostelana, en 22 las muertes rebasaron a los nacimientos, como puede apreciarse en la tabla reproducida aquí a la izquierda. Un cuadro que revela situaciones particularmente dramáticas, como la de Toques, con apenas un bebé empadronado cada tres meses. Solo se salen de la tónica Oroso, con un crecimiento vegetativo de 46 vecinos, y Ames, con otro de 185, que supone, con mucho, el mejor de toda Galicia.