La banda que desespera a Milladoiro

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Un grupo de delincuentes tiene en vilo a la localidad por la virulencia de sus golpes

07 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los llaman los Desesperados. Así los ha bautizado la Guardia Civil debido a la virulencia con la que actúan. Son poco profesionales y fallan varios objetivos hasta finalmente poder entrar en un comercio, un trastero o en un coche. Esa aparente desesperación con la que delinquen les puso nombre y también ha hecho crecer una sensación de inquietud entre los comerciantes y vecinos de Milladoiro (Ames), alertados por sus últimos robos en negocios y garajes.

Los Desesperados son seis. El cabecilla tiene 33 años y un expediente criminal repleto de antecedentes por delitos contra el patrimonio. El resto rondan los veinte años e incluso hay un menor de edad que solo tiene 17. La Guardia Civil de Milladoiro comenzó a seguirles la pista en septiembre del 2015. «Hubo un incremento de delitos en garajes y en vehículos que por el modo de actuar y otras circunstancias era evidente que tenían la misma autoría», explica el teniente Viaño, jefe del puesto principal que existe en la localidad amiense.

A esa primera aparición de la banda le siguieron unos meses de cierta tranquilidad. Una tregua que coincidió con la ausencia del líder del grupo, el hombre de 33 años, que pasó una temporada en Madrid. Los investigadores le atribuyen a él el papel de incitar a delinquir a los otros, mucho más jóvenes e influenciables. Todos ellos son vecinos de Milladoiro y de nacionalidad española. Algunos coincidieron en un centro de menores y fue allí donde se conocieron. Sus caminos se torcieron ya en la adolescencia pese a que, salvo uno, todos pertenecen a familias trabajadoras y estructuradas, sin problemas de este tipo.

Dos noches negras de abril

En cuanto que el cabecilla puso de nuevo un pie en Milladoiro, los Desesperados volvieron a golpear. El 17 de marzo dejaron su huella en un bar de la calle Viorneira y a los pocos días, el 4 de abril, repitieron la visita. Las cámaras de videovigilancia del establecimiento confirmaron a los investigadores lo que ya sospechaban: se trataba de nuevo de esta banda de delincuentes juveniles. Su acción más llamativa se produjo en las noches de los días 22 y 23 de abril. Cinco comercios y negocios amanecieron con las puertas forzadas. En cuatro de ellos no lograron entrar, una falta de profesionalidad que llevaba el sello del grupo.

Los comerciantes y hosteleros de Milladoiro pidieron ayuda por carta a la subdelegación del Gobierno y el asunto se analizó en una junta de seguridad celebrada en el Concello de Ames. La Guardia Civil ya tenía muy avanzada la investigación, por lo que no tardó en culminar la que bautizaron como operación Desesperados. El 16 de mayo, agentes del instituto armado localizan circulando por la carretera AC-305, entre Rianxo y Boiro, un coche que había sido robado con anterioridad en un garaje de la localidad amiense. Tras darles el alto, detuvieron a cuatro miembros de la banda. Entre ellos, el cabecilla y el menor de edad. Esa misma noche habían intentado sin éxito llevarse otro vehículo.

Diez días después, la investigación conseguía imputar a dos de los detenidos en la comarca de Barbanza y a un tercer integrante, por más robos ocurridos en Milladoiro. Todos los miembros del grupo son reincidentes, pero no suelen actuar todos a la vez. Tras pasar por los juzgados, los arrestados quedaron en libertad con cargos. Lo normal en delitos que no son graves.

Un lugar con mala fama

Milladoiro tiene fama de ser un lugar con problemas de delincuencia. Nada muy serio, pero sí pequeños robos y tráfico de drogas a pequeña escala. Una abundante población inmigrante y la proliferación de negocios relacionados con la prostitución contribuyen a crear una atmósfera de inseguridad que no se corresponde con las estadísticas. En este diagnóstico coinciden tanto el alcalde de Ames, José Miñones (PSOE), como el teniente Viaño. «Los datos oficiales demuestran como este año ha bajado la delincuencia con respecto al 2015, esa es la realidad», explica el jefe local de la Guardia Civil.

A esta sensación de mayor inseguridad de la que muestran las estadísticas han contribuido mucho este año la banda de los Desesperados. «Hay que entender que intentan entrar en un local y, si no pueden, se van a otro y a otro hasta que lo logran. Al día siguiente lo que ven los comerciantes es a la Guardia Civil haciendo inspecciones oculares en cinco locales, pero solo han robado en uno. Esto causa un mayor impacto, es evidente», asegura Viaño.

El regidor amiense también cree que esa mala fama de Milladoiro es injusta. «Ames está por debajo de la media de delincuencia y en Milladoiro no sucede nada que no pase en cualquier otro lugar de Galicia», afirma Miñones.

Cuestión de sensaciones o de verdadera inseguridad, lo cierto es que el Ministerio del Interior acaba de atender una vieja reivindicación del Concello y acaba de aprobar el refuerzo de agentes en el cuartel de la Guardia Civil. Por fin están todos los puestos cubiertos, por lo que el cuartel cuenta con 35 efectivos. Su demarcación es amplia, por lo que no pueden centrarse únicamente en la localidad. No solo deben cubrir todo Ames, sino también otro concello muy poblado del área metropolitana de Santiago como es Teo. La Policía Local amiense, con un total de 25 agentes, también desarrolla funciones de seguridad ciudadana en Milladoiro, así como la Policía Nacional. A todos tienen ahora enfrente los seis integrantes de los Desesperados.

De los seis, el cabecilla tiene 33 años, el resto ronda los veinte y hay un menor de solo 17

Las estadísticas que maneja la Guardia Civil contradicen la sensación de inseguridad