Las obras que ejecuta la concesionaria de la autovía AG-56 entre Santiago y Brión cerca de Bertamiráns para reponer el talud que se desplomó a principios de año siguen provocando quebraderos de cabeza al Concello de Ames. A las críticas por la tardanza en señalizar las rutas alternativas tras el cierre de parte de un carril, al retraso en el inicio de las obras y a las dudas municipales sobre la solución técnica adoptada, se une ahora la gran cantidad de tierra que la empresa que asume las obras está arrojando a la entrada de Bertamiráns, cerca del colegio A Maía y del instituto de secundaria.
Vecinos de Ames informaron al Concello de esta acumulación de tierra, que dificulta el paso por la carretera de acceso a la capital amiense, y cuya titularidad corresponde a la Diputación.
La Policía Local ha elaborado al menos dos informes sobre estos hechos y la Diputación Provincial ha requerido a la concesionaria para que retire la tierra.
Estos vertidos, además de problemas de tráfico en la zona, han provocado que los propietarios de los terrenos afectados no puedan acceder a las fincas.