Una brionesa evita un robo en su casa tras forcejear con un encapuchado

emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

A BAÑA

La mujer le quitó el pasamontañas a un desconocido que llamó al timbre

26 dic 2016 . Actualizado a las 21:00 h.

Los problemas de inseguridad en el rural acechan cada vez más a personas que viven solas. Uno de los últimos episodios se registró el pasado miércoles por la noche en la aldea brionesa de Ombre, perteneciente a la parroquia de Viceso.

En este núcleo rural los vecinos no daban crédito al hecho de que un desconocido llamase al timbre de una vivienda con el rostro cubierto por un pasamontañas con la intención, supuestamente de robar, aunque lo más sorprendente, según relataron varios lugareños, fue la reacción de su única moradora, ya que esta acabó forcejeando con el caco, «e quitoulle o pasamontañas» momento en el que, relatan, «o home cubriuse a cara coas mans e fuxiu rapidamente do lugar», como si se tratase de alguien conocido o temiese ser reconocido por su víctima.

Este incidente no es en absoluto excepcional en el área metropolitana de Santiago, ya que en los últimos meses ha crecido el número de sucesos relacionados con robos en zonas rurales.

En el mejor de los casos fueron sustracciones de herramientas o electrodomésticos aprovechando que sus moradores se hallaban fuera de su domicilio, si bien en al menos tres ocasiones los asaltos a inmuebles se produjeron con personas en su interior. Uno de los incidentes más graves fue el de un anciano de 95 años que vive solo en la parroquia de Lañas, en A Baña. Tres encapuchados asaltaron su casa por la noche a comienzos de agosto y se llevaron 50 euros en efectivo, herramientas y utensilios varios de cocina. No sufrió daños.

Otro de los episodios recientes de asaltos a viviendas ocupadas ocurrió el pasado 26 de septiembre en la parroquia negreiresa de Cobas. Una mujer de 80 años fue sorprendida cuando llamaron a su puerta personas que ella pensaba que eran operarios que venían a instalarle unos canalones en su casa. Una vez dentro le ataron las manos y se llevaron un reloj de oro y otras joyas, sin causarle herida alguna. Lo más sorprendente es que esto sucedió a las ocho y media de la mañana. Entre medias, también en Ceilán, una vecina denunció haber sido víctima de un robo cuando se encontraba sola en su hogar.