A Baña cultiva la deportividad

A BAÑA

Los alevines se dejan meter un gol tras percatarse de que habían marcado mientras un jugador del Milladoiro estaba lesionado

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La cuarta jornada de la liga alevín en el grupo 33 de Santiago dejó uno de esos episodios que son ejemplo de deportividad y que nunca deberían pasar inadvertidos. Porque la autenticidad en el gesto que protagonizaron los jugadores del A Baña está fuera de toda duda. Y los rivales del Milladoiro supieron corresponder.

El A Baña venía de perder los tres primeros duelos. En el minuto nueve del partido, un jugador suyo y otro del Milladoiro sufrieron un encontronazo del que este último salió peor parado. Quienes estaban en el banquillo se dieron cuenta inmediatamente, pero los futbolistas de campo, no. El balón le cayó a un jugador bañés y, aunque desde la banda hacían indicaciones para que echase el balón fuera, no se percató. Ni él, ni los rivales ni el árbitro. El futbolista hizo un par de regates y marcó.

Sergio Vieites, entrenador del A Baña, relata lo que sucedió a continuación: «Primeiro comprobamos que o rapaz mancado estaba ben. E despois dixémoslles aos nosos xogadores que se quedaran pardos no saque de centro, para que puidese marcar o Milladoiro. Entendérono sen ningún problema. Volveríamos facelo, porque a filosofía do club é a de educar e formar, por enriba dos resultados».

Al final el resultado fue de 2-3, por lo que los locales continúan sin puntuar. Pero ya han ganado la clasificación de la deportividad con creces.

Fraternidad a la conclusión

Así lo reconocieron los jugadores del Milladoiro, dirigidos por el compostelanista Juan Cabrejo, quien instó a sus discípulos, a la conclusión del encuentro a que saludasen uno por uno a sus oponentes y les transmitiesen el agradecimiento por el gesto que habían protagonizado.

Cabrejo recuerda la vivencia del domingo: «O xogador noso quedou tendido, sangrando. O adestrador rival e o delegado, Adrián Vázquez, con quen coincidín no Cerceda, berráronlles aos seus rapaces, pero non se deron conta. Díxenlle a Adrián que non pasaban nada, que eran cousas que a veces acontecían no fútbol. Pero tiveron ese xesto, que é moi de subliñar, e por iso lles dixen ao meus futbolistas, ao remate, que fosen darlle a man un por un. Era de xustiza».

El lateral del Compostela recuerda un episodio parecido en su etapa en el Eibar, protagonizado por su compañero David Silva, hoy uno de los puntales del Manchester City y de la selección: «Foi contra o Lleida. Nun salto, o central lesionouse de gravidade. Silva deuse conta de seguida e, aínda que quedaba so diante do porteiro, con todo a favor para marcar, parouse e botou o balón fóra».

Otro gesto en atletismo

El del domingo no es el único episodio de deportividad en mayúsculas que ha ocurrido en A Baña recientemente. En este caso no fue en el fútbol sino en el atletismo, en la sexta prueba puntuable para el Trail Galaica, a mediados de mes.

En una modalidad tan dura como esta especialidad, la de las carreras de montaña, y después de casi veinte kilómetros, la victoria iba a ser cosa de Roberto Riobo o Alberto Carou.

Este último lo tenía ya todo a favor cuando se equivocó de ruta en un tramo del circuito. Riobo se quedó solo en cabeza y lo esperó poco antes de cruzar la línea de meta. Aunque entraron con el mismo tiempo, le cedió la victoria porque no quiso sacar ventaja de un malentendido.