Unos 200.000 euros separan a Artem Pustovyi del Barça

Manuel García Reigosa
m. g. reigosa SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Oskar Matxin Edesa

Si no hay acuerdo la semana próxima, el Obradoiro completará su plantilla contando con el pívot ucraniano

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvo giro de 180 grados, Artem Pustovyi no estará la campaña venidera a las órdenes de Moncho Fernández. Es una cuestión de dinero y, en ese frente, el Monbus Obradoiro juega en desventaja. El Barcelona lo quiere para su nuevo proyecto, liderado por Pesic desde el banquillo. El pívot ve con buenos ojos el cambio. Así se lo ha hecho saber al club, que entiende el planteamiento. Pero no a cualquier precio. La diferencia está en unos 200.000 euros y es cuestión de días, en un sentido u otro.

Una de las cuestiones que menos ayuda es que las relaciones entre ambas entidades no atraviesan un buen momento. De hecho, quedaron muy deterioradas la pasada campaña cuando el Barça intentó firmar a Matt Thomas. Primero llegó a un acuerdo con el escolta americano y después presentó una oferta, bastante por debajo del desembolso que afrontó después por Edwin Jackson. Thomas no hizo ruido, si bien quedó tocado porque en Barcelona le multiplicaban el sueldo y se le abría el escaparate de la Euroliga.

Ahora el contexto no es exactamente igual, porque el Barça ya ha presentado una oferta. Y lo que tiene que valorar es si por esos aproximadamente 200.000 euros de diferencia respecto a las pretensiones del Obradoiro puede irse abajo la operación, porque en Sar se dan unos días de plazo. La semana próxima tiene que quedar todo resuelto, en un sentido u otro.

Al Obradoiro le queda por hacer un fichaje y tiene libre una de las dos plazas para extracomunitarios tras confirmar la renovación de Simons. Evidentemente, si sigue Pustovyi el perfil del pívot por llegar será uno. Pero si se marcha el ucraniano, los fichajes tendrán que ser dos. Y será muy distinto un equipo con el ucraniano y otro jugador respecto al que se terminaría de configurar con dos interiores nuevos.

El hecho de que las negociaciones sigan abiertas y hayan trascendido, ha propiciado que otros clubes hablasen con el Obra para interesarse. Uno de ellos es el Real Madrid, que tiene ya la plantilla cerrada pero podría intentar una opción parecida a la que exploró en su día con Salah Mejri. Entonces llegó a un acuerdo con el Obradoiro a mitad de temporada que se hizo efectivo a la conclusión de la misma. En este caso, pasaría por dejarlo el año que le resta de contrato a las órdenes de Moncho Fernández e incorporarlo en el verano de 2019. Pero ahora la pelota está en el tejado del Barça.

El Pustovyi que llegó a Sar hace tres años y el que ahora está en la rampa de salida poco se parecen. La diferencia está en que el potencial que el club advirtió en un pívot algo desgarbado pero coordinado ha terminado por aflorar y llamar la atención de los grandes equipos europeos. Es la misma diferencia que se advierte entre un jugador que parecía perdido en sus primeras comparecencias y el que el pasado curso se convirtió en uno de los grandes intimidadores de la Liga Endesa.

Los números son indicativos. Si acaso, no pueden anticipar hasta dónde será capaz de llegar el jugador ucraniano. En su primer año disputó 378 minutos, en el segundo 626 y la pasada campaña 879. La aportación en puntos sigue una progresión similar: 114, 299 y 379. Pero hay dos apartados en los que el crecimiento es exponencial: el de rebotes (74, 107 y 203) y el de tapones (21, 35 y 66). Son los dos vectores a los que ha dedicado más trabajo en sus sesiones individuales con Víctor Pérez.