«En Grecia trabajamos a destajo dando atención odontológica a los refugiados»

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso RIBADUMIA / LA VOZ

SANTIAGO

MARTINA MISER

Tras ayudar a las víctimas de la guerra, pide colaboración a sus compañeros de profesión

08 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tendemos a pensar que eso de ir al dentista es un lujo. Que no es una cuestión de primera necesidad, máxime cuando uno vive en un campo de refugiados. Allí se precisan médicos, alimentos, ropa... pero ¿dentistas? «Sus bocas hace años que no son tratadas y algunos tienen muchos problemas». Quien habla es Marisol Calviño, odontóloga santiaguesa que trabaja en Ribadumia. Hace unos meses conoció el programa que el colegio de odontólogos de Cataluña, en colaboración con varias oenegés, estaba desarrollando en los campos de refugiados de Grecia. Y allá se fue a aportar su granito de arena. Ahora pide a sus compañeros de profesión que hagan lo mismo. Que vayan a colaborar porque la experiencia merece la pena.

Marisol se encontró con una Grecia «pobre, marcada por la crisis y, encima, tienen 65.000 refugiados, que siguen llegando diariamente», explica. Así que cualquier colaboración que puedan recibir es poca. El programa Dentists 4 refugees, con el que ella colaboró, dispone de la planta de un edificio en el centro de Atenas. Allí se han instalado dos sillones en los que los voluntarios «trabajamos a destajo». A diario llegan decenas de personas de los diferentes campos de refugiados que precisan atención odontológica. «Hay sirios, pero también iraquíes, iraníes... aquello es una torre de Babel», relata. Por suerte cuenta con la colaboración de muchos voluntarios. La mayoría son jóvenes que ayudan a traducir. «A veces necesitamos varias personas. Porque una nos traduce del árabe al farsi y otra al inglés», explica. Así es como se van entendiendo. «Son gente como tú y como yo. La única diferencia es que la guerra fue en su país, no en el nuestro», sostiene.

Durante su estancia en Grecia, Marisol tuvo oportunidad de visitar un campo de refugiados. «Tardamos dos horas en llegar, está en medio de la nada, en unas fábricas abandonadas. Sobre dos palés colocaron una silla de playa, ponían un cartel fuera y atendimos a unas 40 personas por día. Allí era solo cribaje», relata. En la clínica la situación es distinta. «Ves bocas que estuvieron tratadas durante años y otras que tuvieron que dejar tratamientos a medias. Hacemos una odontología social, de atención urgente. En la clínica hay material, porque todas las casas comerciales hacen donaciones», asegura.

Reconoce que la experiencia es dura. «El primer día todos te abrazan y te dan las gracias. Después haces callo y piensas que es un granito de arena que aportas», sostiene. Por eso anima a otros compañeros a participar en esta experiencia. «Necesitamos que se anime más gente. La intención es la de mantener siempre la clínica abierta. Se puede ir el tiempo que se quiera», sostiene. Para colaborar solo es necesario ponerse en contacto con alguna de las oenegés que participan en este proyecto.

Su principal tarea consiste en aliviar el dolor que tienen muchos de estos refugiados. «La malnutrición se ve en las bocas y hay muchos niños y adultos que tienen dolor. Priorizamos las extracciones, las endodoncias y aprovechamos para hacer un tratamiento de prevención», cuenta. Hay todo tipo de pacientes y los voluntarios trabajan sin descanso, para atender el mayor número de casos posible. «Algunos quieren que le arreglemos todo lo que podamos, otros vienen dos veces», sostiene. A pesar de la dureza, la experiencia merece la pena. «Por un lado, sientes orgullo porque esto hace que tu profesión sea más humana. Además, a veces viene bien hacerse pequeño y ver que no todo gira a nuestro alrededor y que hay gente que te necesita y a la que se le ha dado la espalda», explica. Por eso es necesario que más dentistas sigan su ejemplo. Para que en esa clínica que se ha montado en Atenas haya siempre alguien dispuesto a echar una mano.

Ayuda humanitaria. El objetivo del programa Dentists 4 Refugees es ofrecer atención bucodental a las personas de los campos de refugiados de Grecia.

Contacto. Ventura Menardia es el responsable del proyecto. Más información en el correo electrónico social@coec.cat