La hora de la verdad para Compostela Aberta

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

Superado el ecuador con las encuestas a su favor ya no hay excusas para cumplir el programa

25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Martiño Noriega conquistó el 24 de mayo del 2015 la alcaldía de Santiago exultante y dos años después hace balance de su gestión con una sonrisa, aliviado por los vientos favorables de las encuestas y por el archivo de la causa judicial contra Jorge Duarte. Pero no fue siempre así, hubo momentos duros a lo largo de estos 24 meses en los que se acusó al nuevo gobierno de tener paralizada la vida municipal y de carecer de un proyecto de ciudad para la capital de Galicia. Compostela Aberta llegó a reconocer incluso su bisoñez, pero también las zancadillas de la oposición. De todo hubo, si bien el apoyo del BNG a los presupuestos municipales le ha dado cuerda al reloj y ya no hay excusas para retrasar más tiempo un programa del que se han dado ya algunos pasos, aunque unos para adelante y otros para atrás.

En el haber de Compostela Aberta figuran algunas actuaciones que arrancaron con la decisión de recuperar como centro social la Casa da Xuventude y de despojar de cualquier símbolo religioso la gestión municipal. Los presupuestos participativos no se pudieron poner en marcha el primer año, pero sí el segundo. Se ejecutó por fin la tan traída y llevada peatonalización de San Pedro y se realizaron las obras prometidas en Montero Ríos y Quiroga Palacios, aunque con el resultado de todos conocido. También se iniciaron los trámites para reconducir las actuaciones previstas en la finca de O Espiño y en el viejo colegio de Peleteiro, pero todavía con mucho por hacer y concretar. Aunque tarde, las fochancas fueron poco a poco desapareciendo del paisaje compostelano y las prometidas municipalizaciones de los servicios públicos son más un quiero que un puedo, pero están sobre la mesa. Con más contundencia se actuó en la paralización de las licencias de apartamentos turísticos, aunque no haya sido al gusto de todos.

Pero otras muchas actuaciones quedan pendientes para los próximos dos años. Las obras en la avenida de Vilagarcía, la ordenación del tráfico en Virxe da Cerca -ambas actuaciones pendientes del plan de movilidad- el plan de compostaje, la creación de las fundaciones para la gestión del Auditorio y el Teatro Principal, la revisión de la gestión de las guarderías, los comedores escolares, los concursos de los centros sociales, la falta de agilidad en los servicios sociales, el plan especial... A todo ello hay que sumar proyectos de envergadura que no son responsabilidad del gobierno local pero que sí precisan de su empuje y capacidad negociadora, como la EDAR, la intermodal o las conexiones viarias.

Para Compostela Aberta llegó la hora de la verdad.