Accesos a garajes y mobiliario, destrozados en la avenida de Lugo

Margarita Mosteiro Miguel
marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

marga mosteiro

El resto de las aceras de la calle también presentan deterioro, pero de mucha menor intensidad que los vados de las cocheras

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El enlosado de los tramos de aceras que son empleados por los usuarios de garajes privados para acceder a sus propiedades no deja de provocar dolores de cabeza a las autoridades locales, que se ven en la obligación de realizar continuos desembolsos económicos para adecentar estos espacios. La cuestión es que, después del conflicto abierto en el Ensanche a principios del 2016, cuando el Concello pretendió que las comunidades asumieran los arreglos, Raxoi sufragó las obras en esa zona, pero en otras menos visibles las inversiones son escasas o directamente inexistentes.

Uno de estos espacios olvidados es la avenida de Lugo, donde casi todos los accesos a garajes y bajos comerciales están destrozados. En algunos, como los de los números 147 y 151, los restos de las baldosas están pulverizados, y cualquiera de los dos accesos podría ser etiquetado como el peor vado de la calle. Es fácil saber cuáles son los garajes más utilizados y los que menos por el aspecto de sus aceras. Más curioso es comprobar que también están deteriorados los accesos a garajes y bajos comerciales que por su aspecto parecen cerrados no desde hace meses, sino años. Entre tanto deterioro, llama especialmente la atención uno de los accesos que parece haber sido reparado recientemente. Teniendo en cuenta que todos los demás están destrozados, es de suponer que la obra fue ejecutada por los vecinos, y no por el Concello. De hecho, fuentes municipales confirman que en marzo se arreglaron los siete vados del Ensanche, y se hicieron apaños en otros de Sar, Santa Marta y Fontiñas vinculados a las obras de mantenimiento. En la avenida de Lugo, por ahora, mantenimiento no ha habido, y eso que además de los vados, el resto de las aceras necesitan un buen repaso.

Pero si el estado de los vados es digno de atención, los marcos protectores de los árboles que humanizan la avenida merecerían un chequeo crítico en exclusiva. No hay uno solo en buen estado. En todos faltan algunas de las piedras que los delimitan, y que están hundidas en el terreno o depositadas en la calzada. Las barras de hierro están dobladas y las maderas que pretenden servir de apoyo para que los árboles más pequeños crezcan firmes están rotas en algunos.

Por si fuera poco, la limpieza en conjunto de la calle es de suspenso, y tampoco se puede aprobar el incivismo de los vecinos que depositan fuera de los contenedores colchones o restos de muebles. Allí estaban el martes y allí seguían el miércoles. Cabe recordar que hay un teléfono para avisar a los servicios municipales para recoger los voluminosos.

Otro suspenso raspado para la calzada. Si bien los baches fueron reparados hace unas semanas, gran cantidad de gravilla suelta se acumula en los espacios de aparcamiento de la zona más próxima al paso inferior. Además, aunque se arreglaron los baches, la confluencia con la Costa do Veedor merece atención.