«En este club son ángeles»

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Recibió ingentes muestras de apoyo y mañana es ella la que quiere estar al lado del equipo en una cita clave

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La jugadora azteca tiene ya mucho de compostelana. Tres meses después del gravísimo accidente de tráfico que sufrió, no se marca plazos en su rehabilitación, que va por buen camino.

-¿Cómo llega usted a Santiago?

-Hace más de dos años. Vine, principalmente, por la universidad, para hacer un máster en Estudios Internacionales, en Derecho, y ahora estoy haciendo el doctorado de Márketing Político, en Políticas.

-¿En México ya jugaba al fútbol sala?

-Desde los diez años. Allí no hay fútbol sala, hay algo muy parecido que se llama fútbol rápido, en pasto sintético, con las mismas dimensiones pero con seis jugadores. Y hay bardas, de modo que el balón no sale.

-¿Era la primera vez que salía de su país?

-Sí.

-¿Qué se encontró en Compostela?

-El cambio más drástico fue verme en una ciudad tan pequeña y tranquila. Casi no hay ruido de carros. Vine sola y no conocía a nadie cuando me aventuré. La gente siempre me ha tratado muy bien, desde el primer día. La zona vieja me encantó, fue amor a primera vista.

-¿Cómo llega al equipo?

-Cuando me vine pensé que se acababa el fútbol para mí. Pero una amiga me comentó la posibilidad de conectar con el Santiago Futsal A Gaiola, al mes de llegar. Me aceptaron, y yo feliz. Me encantó. Así los conocí.

-Y no hay duda de la reciprocidad.

-Para mí fueron una familia desde el primer día. Me acogieron, me facilitaron la adaptación. Nunca me sentí sola. Para cualquier cosa podía contar con las chicas y el entrenador. Y después del accidente...

-Ahí iba. Nunca se vio sola en la UCI. Y llegaron a coincidir hasta doce compañeras cuando todavía estaba inconsciente.

-Siempre. Eso llega muy dentro. Incluso le comunicaron a mi familia de México todo lo que pasaba, cuando no estaba claro si podría seguir adelante. Me acompañaron siempre, hasta que llegó mi madre, que sigue conmigo. También estuvo mi padre. Yo estaba dormidita, pero no se despegaron ni de mí ni de mis padres. Estuvieron con ellos todo el tiempo. Nos dio mucha tranquilidad, porque no conocían nada. También la directiva y mi entrenador están siempre ahí. En este club son ángeles.

-Cuando empieza a recuperarse y ve toda la corriente de apoyo que se generó a su alrededor... ¿Cómo recuerda ese proceso?

-Fue algo impresionante, muchos detalles muy lindos y de todos los lados. En el hospital me iban contando, me mostraban fotos. Se me salían las lágrimas viendo tanto cariño. Saber que había tanta gente preocupada, pidiendo para que saliese de ese trance tan complicado... Cuando subí a planta abrí el móvil y fue increíble ver todos los mensajes, las redes, el apoyo de gente que no conocía, de toda España, de otros equipos, de México y de otras partes del mundo. Eso me dio mucha fuerza.

-La empatía del deporte.

-Totalmente. Hay una identificación, porque ninguno estamos exentos de que nos pase algo. Ese apoyo no tiene un valor que se pueda pagar. Creo que funcionó, porque los médicos me dicen que es impresionante cómo me voy recuperando.

-Dice que sus compañeras son ángeles, e imagino que los médicos y el personal sanitario, también.

-Sin duda, me topé con gente muy profesional y muy cercana. En la UCI no suele haber gente tan joven y todo el mundo se sintió muy angustiado. Trataron de animarme en todo momento. Las enfermeras me sacaban sonrisas. Cuando salí ya las extrañaba.

-¿Hubo algún mensaje que le llegase más?

-No sabría distinguir. Igual la foto del equipo, con Forza Itzel, y el pabellón aplaudiendo.

-¿Cómo va la recuperación?

-Lenta, pero afortunadamente siempre para bien. Me queda la cadera, tengo un tornillo grande y un clavo. Por eso no puedo apoyar la pierna izquierda. Dolor no tengo, pero tiene que soldar bien esa parte. Por lo menos serán tres meses sin andar. Los médicos y la fisio me dicen que la edad y llevar una vida sana por el deporte han sido factores clave para salvarme y para recuperarme. Nunca he fumado. Los pulmones aguantaron muy bien la operación. Y corría a diario cinco kilómetros.

-Suerte, y que disfrute en Sar con un buen resultado.

-Gracias, ojalá.