Padrón

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

11 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de Padrón tiene pecado. Porque si el calendario no engaña, vivimos en el siglo XXI, ya no quedan analfabetos menores de 90 años y en la casa más humilde hay televisor. Así que el padronés es todo menos ignorante. Y quizás ignore el cambio climático, que es mucho decir, pero a nadie cabe en la cabeza que no adivine las consecuencias de llenar las cercanías de residuos y porquería.

Resulta que, como informó este periódico el domingo pasado, «en Padrón se detectaron seis grandes vertederos de basura en zona de monte y otro en el antiguo cauce del Sar». Y si lo primero provoca indignación sin fin, lo segundo simplemente constituye un ultraje a Rosalía de Castro y por ende a todos los gallegos. Si la autora de En las orillas del Sar levantara la cabeza, se uniría al llanto colectivo.

Por supuesto, al final el problema es del Ayuntamiento, como si alcalde y concejales se dedicaran con nocturnidad y alevosía a emporcallar su territorio para así tener más trabajo y salir en los periódicos. En Galicia ?en España entera- la culpa nunca la lleva uno, siempre hay alguien a mano para lanzársela, y si no es el alcalde, es el presidente de la Diputación, el Parlamento gallego, los conselleiros, Rajoy o (quizás este sí con razón, aunque entra en el terreno de la duda que tenga algo que ver con los malos padroneses) Cristóbal Montoro.

No vale decir que en otros municipios sucede lo mismo. Ni siquiera va a servir de nada apelar a la conciencia ciudadana. Quienes han arrojado entre 15 y 20 toneladas de basura en el vertedero de Herbón, donde los pimientos, no la tienen. Habrá que confiar en que la chavalada de hoy salve el medio ambiente, porque si esperamos a los adultos…