Los trabajos que él hizo sobre el poder y los de ella sobre la mujer confluyeron en Gelmírez y Urraca

La Voz

SANTIAGO

26 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Suman quince interesantes publicaciones; cuatro libros que él escribió en solitario, otros cuatro de los que es autora ella y siete conjuntos. Ermelindo Portela acaba de publicar El báculo y la ballesta. Diego Gelmírez (1065-1140), que ahonda en la biografía de un arzobispo clave en la historia de Compostela, como refleja la serie El final del camino que se acaba de emitir en la pequeña pantalla producida por Televisión Española y Voz Audiovisual. En esa obra confluyen la pasión que él puso al estudio del poder en la Edad Media y la que ella dedicó a reivindicar la figura femenina. Precisamente la figura de la heredera de Alfonso VI centra uno de los libros que publicaron juntos, La reina Urraca, en la que recuperan la personalidad real de una de las mujeres más castigadas por el machismo. No creen que hayan limpiado su nombre, sino que la han colocado en el lugar que merecía en la historia. «En el libro fundimos el poder y la mujer», dice Portela, y Pallares recalca: «Las crónicas de entonces estaban hechas por clérigos, por eso no reflejan que había muchas mujeres preparadas y cultas, y en concreto la reina Urraca hizo con su vida lo que quiso, tuvo amantes y ejerció el poder como un hombre».

La recuperación de la mujer para la historia fue una de las constantes en la carrera de María del Carmen Pallares, que en otro libro, Ildaura, una aristócrata del siglo X, recupera la interesante figura de quien fue madre de San Rosendo. «Georges Duby llevaba cincuenta años investigando sobre la historia, y él mismo reconoció que no lo estaba haciendo bien porque faltaban las mujeres. Yo publiqué A vida das mulleres na Galicia medieval. Un alumno me dijo que su madre se había quedado con el libro porque se había visto reflejada en él. Los libros se vendieron muy bien, porque nos hemos pasado la vida hablando de hombres y nos hemos dado cuenta de que no se puede hablar de historia sin hablar de las mujeres», defiende la catedrática con pasión.

Sin relevo generacional

A punto de dar carpetazo a medio siglo de docencia, los dos lamentan la falta de relevo en el profesorado, sobre todo en su especialidad. «Nos jubilamos dos en Historia Medieval, el año pasado otro y el próximo curso lo hará otro más; es una pérdida que sufre toda la Universidad», admite Portela. «Cuando empezamos era peor, había muy pocos profesores y muchos alumnos», recuerda ella. También les duele la falta de salidas profesionales, y Pallares cree que quizás sea el momento de reunificar Historia, Arte y Geografía. «Daría una visión más amplia». Y se despide con una reflexión: «Fuimos ricos y ya no lo somos tanto».