«Llevo tatuado el Camino Portugués y el Inglés; y para el año, el Francés»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

Patricia Marza y Sandra Pajuelo recorrieron la ruta inglesa tatuándose en el cuerpo los tramos y grabándoselo a otros peregrinos

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Patricia Marza y Sandra Pajuelo ya estaban enganchadas al tattoo, y ahora lo están también al Camino. El jueves finalizaron la ruta inglesa y en cada albergue, Patricia, tatuadora de profesión, fue grabando en la pantorrilla de su amiga cada tramo. Pero no es más que una etapa; quedaron tan cautivadas con la experiencia que ya están pensando en hacer el año que viene el Camino Francés, o quizás el de invierno, y por supuesto, lo tatuarán también. Patricia es la tatuadora del Camino y Sandra lleva el Camino tatuado. Dos madrileñas que se han enamorado de Galicia y de Santiago y que lo llevan escrito en el cuerpo.

En realidad, el primer capítulo de esta historia tatuada lo vivieron en el año 2015. Patricia y Sandra son amigas desde la adolescencia, pero fue la segunda la que entonces se decidió a hacer el Camino de Santiago. «Lo hice yo sola, cogí la mochila y el palo y me presenté en Tui». ¿Por qué el portugués? «Porque me lo recomendaron, me dijeron que era el más fácil para empezar...». Quedó tan maravillada que se volvió a Madrid pensando en que quería llevar tatuada en su cuerpo la experiencia. Y se lo pidió a Patricia. «Le fui dando ideas y fuimos diseñando el tatuaje». Y ahora, la pantorrilla de Sandra luce la flecha con el mensaje de Ultreia, «que lo llevaba metido en la cabeza», el bastón, la calabaza y la concha.

Pero Sandra quería más. Más tatuajes y más caminata. Así que poco a poco fue convenciendo a su amiga para hacer otra ruta e ir tatuándola en vivo y en directo. Y esta semana, su sueño se hizo realidad. El jueves llegaron a Santiago y Patricia tatuó la última parada del recorrido en un mapa hecho en la pierna de su amiga: Compostela. Antes fueron dibujando cada una de las etapas: Ferrol, Neda, Pontedeume, Betanzos, Bruma y Sigüeiro.

Pero no se quedó ahí la aventura. «Nos hemos juntado un grupo de seis personas -contaba Patricia- y les he ido tatuando a todos ellos la concha y la cruz, y ya hemos quedado para el año que viene y repetir la experiencia». Todavía no lo tienen del todo claro, pero harán la ruta francesa o el Camino de Invierno, dependiendo de los días que tengan libres.

Ayer disfrutaban de una soleada tarde en Santiago que le permitía a Sandra lucir la pantorrilla y enseñar orgullosa sus tatuajes. Lo hacía junto a Patricia y en compañía de su abuela, que había llegado en avión para acompañarlas hasta Fisterra y luego volver las tres juntas a Madrid. No tenían pensado sumar un tatuaje más en la Costa da Morte, aunque ya empezaban a dudar si se les hablaba del fabuloso paisaje, del mar y del faro. «Bueno, no sé, yo quiero que el próximo sea la silueta de un peregrino», pensaba Patricia. «Pues yo quiero que me dibuje unas botas gastadas con el mensaje ‘El que juzgue mis pasos le presto mis zapatos’», decía Sandra, que lleva el cuerpo lleno de dibujos con motivos de La bella y la bestia, un poni, un barquito de papel... «Casi todos se los hice yo -aclara Patricia-. Menos uno o dos...».

Planes de futuro

No les llega el tiempo para narrar sus experiencias. «Y eso que el Camino Inglés es duro, y hoy hace buen día, pero hemos tenido algunos de lluvia...». El mal tiempo no les borró el buen humor, que compartieron con quien se encontraron en la ruta. «Ayer estuvimos en el albergue riéndonos hasta las dos de la madrugada y tatuando a los demás peregrinos». Tan contenta quedó Patricia con la aventura que ya se está planteando pasar unos días en Galicia para ofrecerse a tatuar a todo aquel peregrino que quiera llevar la experiencia grabada en su cuerpo.

Esto, y mucho más, lo cuentan en sus páginas de Facebook, MarzaTattoo y Sandra Sandrita.

Habrá más etapas. Ultreia.

Sandra Pajuelo. Dependienta de Madrid. Es la segunda vez que hace el Camino de Santiago y lo lleva tatuado en su cuerpo.

Patricia Marza. Tatuadora de Madrid. Se estrenó esta semana con el Camino Inglés y quedó tan contenta que piensa repetir para tatuar a los peregrinos.