La intermodal ya tiene su hoja de ruta

s. lorenzo / M. mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

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La Xunta resolverá la tramitación urbanística conjunta de la pasarela cubierta y de las estaciones de tren y bus

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La futura estación intermodal de Santiago ya tiene definido el itinerario que debe permitir aprobar el trámite urbanístico en un máximo de seis meses para abordar antes de final de año la licitación conjunta de la pasarela peatonal cubierta (concebida como primera fase de la futura estación de tren) y de la nueva terminal de autobuses. Para agilizar esa tramitación urbanística, la Xunta acudirá a la ley exprés (reservada para impulsar actuaciones urgentes o de especial interés público) que ya utilizó para desbloquear el urbanismo de Vigo y que reduce los tiempos de un procedimiento que podría demorarse hasta 24 meses en vía ordinaria. Será un proceso que iniciará y resolverá el Ejecutivo autónomo, que redactará conjuntamente los tres proyectos para su remisión al Concello, encargado de someter a información pública un documento que, al final, aprobará el Consello de la Xunta.

Tanto la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, como el alcalde, Martiño Noriega, salieron ayer satisfechos de la primera reunión de la comisión de seguimiento con Fomento, celebrada en Madrid, en la que las tres administraciones avanzaron en un trabajo que Feijoo y el ministro De la Serna ya habían hilvanado en su cita del día 1. Aunque todavía quedan flecos en el aire para poder concretar todos los plazos.

Sin hablar de cifras de viajeros

El más evidente es el hándicap que supone condicionar las obras de la estación ferroviaria a que por la actual pasen 3,5 millones de usuarios al año, cuando ahora son 2,5 millones. Noriega, que por la mañana había restado trascendencia a ese aspecto, no sacó el asunto a colación en la reunión madrileña. Pero, incluso sin ese condicionante, Fomento no compromete fechas para la estación del tren, cuyo coste rondará los 8 millones. Y no lo hace porque ignora cuánto tardará el impacto ambiental al que obliga la ley ferroviaria. Además, el Concello aún debe poner a disposición de la Xunta los terrenos para el acceso a la terminal de buses.