El exdirector de banca de A Pobra acusado de estafar 1,9 millones culpa a sus compañeros

j. r. RIBEIRA / LA VOZ

SANTIAGO

También acusó a la entidad bancaria de obligar a los directores de las sucursales a vender productos que, según él, no conocían

17 ene 2017 . Actualizado a las 08:11 h.

Mirada perdida, pálido y visiblemente nervioso. Así se presentó ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial F. J. O. G., el único acusado de estafar, presuntamente, 1,9 millones de euros a catorce clientes de la oficina que CaixaBank tiene en A Pobra y de la que el imputado era director durante el tiempo que ocurrieron los hechos denunciados.

Han pasado cinco años desde que se destapó lo ocurrido en la citada sucursal bancaria, tiempo en el que F. J. O. G. diseñó su defensa, que pasa por eximirse de cualquier responsabilidad para dejarla caer sobre los hombros de los que fueron sus empleados en A Pobra, pero también sobre la propia entidad y, por extensión, sobre sus jefes más inmediatos.

El letrado de F. J. O. G. inició el juicio oral solicitando el aplazamiento de la vista agarrándose a que no podía ejercer la defensa con garantías debido a que CaixaBank no envió la documentación interna requerida. El presidente de la sala, Ángel Pantín, denegó la solicitud alegando que, durante el lustró que duró la instrucción del proceso, tuvo tiempo de sobra para solicitarla.

Ante las preguntas del fiscal, F. J. O. G. se mantuvo firme en su línea argumental. Por un lado aseguró que él nunca vendió un producto financiero de riesgo, ya que eso era competencia de los empleados de la sucursal que dirigía. Reconoció que él trataba con los clientes, pero que nunca les expuso los perjuicios que podían acarrear. «De eso se encargaban los empleados», aseguró repetidamente y no dudó en señalar a la que fue su empresa como la responsable de hacer vender a todos sus directores de sucursal productos financieros que no conocían detalladamente.