El Club Financiero premia a José Sierra, fundador de Urovesa, por su trayectoria

Mario Beramendi Álvarez
m. beramendi SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Feijoo asegura que se trata de un hombre que «representa a eses galegos que teñen unha idea e ilusionan con el a un equipo»

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José Sierra, fundador de Urovesa y ahora presidente honorífico, recibió ayer de manos del presidente gallego el premio a la excelencia empresarial que otorga el Club Financiero de Santiago. Profundamente innovadora, referente en España y en el extranjero en la fabricación de vehículos especiales, la empresa se ha distinguido a lo largo de los últimos años por resistir los zarpazos más duros de la crisis gracias, sobre todo, a su presencia en los mercados exteriores. «Nuestras estrategias son de características específicas y diferenciadas, tanto en producto como en procesos fabriles o técnicas de venta. Y prestamos especial atención a valores de empresa como la estabilidad, la innovación, la diferenciación, la orientación al cliente o la flexibilidad», dijo ayer el premiado en el transcurso de la ceremonia de entrega.

Fue el máximo mandatario gallego, Alberto Núñez Feijoo, quien insistió en la calidad, la innovación y la capacidad de emprendimiento como elementos clave que permitieron hacer de la crisis una palanca de transformación. Y de ahí el elogio al fundador de Urovesa, de quien destacó no solo su trayectoria profesional sino también humana.

«Estamos a falar dunha empresa admirada pola calidade e versatilidade dos seus produtos e dun home, José Sierra, que representa eses galegos que teñen unha idea e conseguen ilusionar con el a un equipo», dijo el presidente gallego, quien recordó también la trayectoria de la empresa, nacida en 1981, y que ha tenido a lo largo de sus más de 30 años de vida un crecimiento firme y constante hasta alcanzar ahora los 150 trabajadores. Por su parte, Roberto Pereira, presidente del Club Financiero de Santiago incidió en la idea de «superar la tradicional imagen de una Galicia dividida en dos centros dinámicos y esencialmente competitivos que conlleva una suicida dualidad estratégica en todos los modelos estructurales y organizativos».