Cine, cine, cine, más cine por favor... Así defendía Aute hace ya demasiados años este maravilloso compendio de historias, imágenes, sonido e imaginación que no están en su mejor momento. Y viendo muchas de las películas con las que nos bombardean, no parece que quede hueco para la esperanza. Pero en todo hay excepciones, y en esta ocasión nos toca muy de cerca gracias a la reapertura de los Cines Compostela, una buena noticia sin matices, como ya lo fue el nacimiento del proyecto Numax. El cine y todo lo que lo rodea, incluidas las carísimas palomitas y las bebidas que acompañan las sesiones familiares de los domingos, forma parte de todos nosotros a poco que se nos dé por recordar. Por eso resulta especialmente agradable una noticia como esta. Como cualquiera que va cumpliendo años, recuerdo perfectamente la primera vez que fui al cine, con dos salas para escoger (en la tercera solamente había películas de destape) en apenas doscientos metros de la misma calle. En aquellos cines de mi pueblo hay ahora un supermercado, un bajo comercial y un espacio abandonado en el que en su día hubo hasta zona de fumadores y esquinitas de intimidad. Pero la historia de mis recuerdos no es muy distinta a la más reciente de Santiago, aunque las tornas estén cambiando. Aute entonaba en la misma canción que «todo en la vida es cine, y los cines sueños son». Por eso, acompañando a la añoranza del maltrecho cantautor, meto el imposible de disfrutar aquí mismo de películas a la altura de las grandes pantallas, de esas que nos hacen renacuajos a todos.