La policía aborta unas 15 fiestas en pisos las noches de los jueves

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

m. ferreirós

El último festivo, el del 12 de octubre, fueron requeridos en hasta 30 ocasiones

16 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante mucho tiempo fue una constante. Jueves, viernes y sábado, botellón en la Alameda, que amanecía con cara de estercolero en vez de histórico parque. Hasta que hace cinco años, el gobierno municipal dijo basta y empezó a aplicar mano dura con los que se reunían en la calle y en los parques. Esa guerra contra el botellón funcionó y hoy, de esa amalgama de jóvenes, botellas y bolsas de plástico ya no queda nada. Excepto en fechas muy señaladas, como la víspera de la Ascensión y la de las fiestas del Apóstolo, el botellón ha pasado a la historia en la capital de Galicia.

Esa práctica erradicación del botellón, sin embargo, no quiere decir que los problemas hayan desaparecido, como las toneladas de basura bajo las que amanecía el Campus Vida cada fin de semana. Porque si antes las copas se tomaban en la calle, ahora se bebe en los pisos. Cada noche de jueves, la Policía Local acude, como media, a 15 viviendas en los que se están celebrando fiestas, una cifra que se multiplica durante los festivos. En el último, el pasado 12 de octubre, la hoja de servicios de los agentes compostelanos contemplaba una treintena de intervenciones por ese motivo.

Lo que no ha cambiado es la rutina de los estudiantes universitarios. La del jueves sigue siendo la noche de más movimiento para la Policía Local, porque los viernes y los sábados -cuando buena parte de los jóvenes que hacen la carrera en Santiago regresan a sus hogares- la cifra de intervenciones relacionadas con fiestas en apartamentos cae, y mucho. Según las estimaciones de las fuerzas de seguridad, se desploma hasta una media de entre tres y cinco visitas a pisos en los que se están celebrando fiestas. El domingo apenas hay problemas, con alguna salida aislada.

En exámenes, la mitad

La época de exámenes, como en los bares, se nota también en lo que a quejas relacionadas con fiestas en viviendas se refiere. Según la Policía Local, esas cifras medias de 15 pisos los jueves por la noche y de entre tres y cinco tanto viernes como sábados se quedan en prácticamente la mitad. En esas viviendas en las que antes se organizaban botellones, ahora están hincando los codos para sacar las asignaturas adelante.

¿Qué ha pasado durante estos años? Principalmente, que a los que hacían botellón dejó de compensarles. Porque cada fin de semana se identificaba a menores y mayores participando en estas reuniones para beber, y de esas identificaciones salían cuantiosas multas, de unos 600 euros en el caso de los menores a los que se pillaba bebiendo -es ilegal- y de unos 700 euros para aquellos que sí tenían edad para beber pero que contravenían la ley haciéndolo en la calle. Esas multas, sin embargo, podían ser conmutadas por trabajos en beneficio de la comunidad. Tres de cada cuatro infractores optan por los trabajos comunitarios antes que por el pago.