«Los incendios del 2006 fueron un revulsivo para la granja-escuela de Bergando»

La Voz

SANTIAGO

10 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el verano del 2006 Galicia ardió por los cuatro costados. Los fuegos intencionados con intereses económicos de fondo tampoco eran una novedad en el entorno de Negreira, de donde es Armando Barbazán. «Pero aquel año ni se escuchaban los pájaros, quedó todo calcinado», recuerda Medina. Su marido se llevó un enorme disgusto, pero ambos se repusieron y gracias a aquella catástrofe ambiental hoy existe la Granja-Escuela Bergando, el proyecto más querido de la familia: «Aquellos incendios fueron un revulsivo y ahora es una iniciativa inacabable porque la cantidad de valores que se le inculcan a los niños te desborda». Este centro en el que se desarrollan actividades hípicas, con animales, juegos al aire libre y todo tipo de talleres y excursiones se ha convertido en el complemento perfecto para el centro educativo de Santiago. Todos los alumnos pasan por el atractivo recinto que está a la entrada de Negreira y en el que están volcando todo su esfuerzo «porque la actividad es mayor en los fines de semana y en verano, cuando el colegio cierra», explica Medina, que admite que ese nivel de dedicación solo es posible «si te gusta lo que haces».

La granja, en la que pronto abrirán un albergue para peregrinos, es el lugar en el que se ven cuando llegue una jubilación que será necesariamente «activa», pero mientras tienen entre manos otros proyectos que sacar adelante como la gestión de las marinas de Muros y A Pobra do Caramiñal. El mar, otra pasión que han acabado convirtiendo en negocio, ocupa ahora parte de su tiempo y sus viajes a ferias en el extranjero, «en los que siempre aprendes. Aquí nos queda mucho por hacer, pero Galicia, cuando se conoce, se vende sola».