Quince peregrinos invidentes llegan acompañados por sus perros guía

belén figueira, i.c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

RAQUEL CACABELOS

Tuvieron el apoyo de un grupo de voluntarios formado por familiares y amigos

26 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaza del Obradoiro recibió ayer a un conjunto de peregrinos que poco tenían que ver con el perfil habitual de romeros. Quince personas ciegas llegaron junto a sus perros guía a las once de la mañana. Iban acompañados por un grupo de voluntarios, integrado por familiares y amigos de los invidentes.

Los quince escogieron el Camino Francés. Comenzaron la ruta en Palas de Rei el domingo pasado. El recorrido total, 70 kilómetros, les proporcionó la compostela a ellos y a los peculiares peregrinos de cuatro patas, que levantaron gran expectación a su llegada a la concurrida plaza. El grupo, debido a su discapacidad visual, recogió el documento que certifica su paso por la ruta jacobea sin necesidad de completar los cien kilómetros exigidos.

«Nos hemos cruzado con muchos peregrinos que nos animaban y aplaudían. Ha sido impresionante», manifestó Vicente Galiana, presidente de la Asociación de Usuarios de Perros Guía de la Comunidad Valenciana, organizadora de esta expedición. Otro de los miembros de la directiva de la entidad, Paco Nebot, explicó que los perros guía son proporcionados por la Fundación ONCE del Perro-Guía y el Club de Leones. Así, los primeros son entrenados en la Escuela de Madrid situada en Boadilla del Monte, y los segundos en Rochester, Estados Unidos. Tal como aclaró Nebot, «la diferencia es que yo a Hally, mi perra guía, le tengo que dar las órdenes en inglés porque así se las enseñaron». El Club de Leones también financia el viaje y la estancia de 24 invidentes en Rochester.

«Duro pero muy bonito»

Con este recorrido por el Camino de Santiago los peregrinos invidentes con sus perros guía quieren demostrar que la ceguera no es un obstáculo para poder realizar muchas actividades, y también concienciar a la sociedad de la importancia de estos canes. Durante el Camino, la empresa Ocio y Turismo Accesibles ha sido la encargada de coordinar la parte logística, cubriendo todas las necesidades que tuvieran en su tiempo de ocio. Raquel Anglarín, portavoz de la compañía, afirmó que «ha sido una experiencia única porque ellos hacen las cosas muy fáciles».

«La experiencia ha sido dura pero muy bonita. Lo más emocionante fue cuando los voluntarios exclamaron que se veía la Catedral», confesó Pilar Carrasco, miembro de la asociación valenciana. Como colofón a la ruta, los quince realizaron una visita guiada a las cubiertas de la Catedral acompañados, por supuesto, de sus perros.