El espectáculo pirotécnico puso un brillante colofón a dos intensas semanas de festejos

s. lorenzo / E. AraÚjo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Miles de personas siguieron los fuegos que dejaron muy buen sabor de boca desde el Campus Sur y distintos puntos de la ciudad

01 ago 2016 . Actualizado a las 23:51 h.

Si Santiago tuviera un pobre de mí sanferminero, miles de vecinos y visitantes lo hubieran entonado ayer. La ciudad despidió por todo lo alto unas concurridas fiestas del Apóstolo en las que el seguimiento de los actos superó con creces las expectativas que, al menos sobre el papel, sugería el programa. El broche a esas dos intensas semanas de celebración en unas calles atestadas llegó con la reedición de los fuegos del día 24, a cargo de la pirotecnia valenciana Fogs Artifici Europlá. En esta ocasión, desde la zona de la Alameda más cercana al Campus Sur.

Como en la víspera del día grande, el espectáculo resultó apabullante, con 22 minutos de pirotecnia en armoniosa sintonía con la música, que fundía sonidos clásicos con estilos más actuales, y que resultó de especial agrado al público que se situó en la Alameda mientras el público del Obradoiro solo pudo deleitarse con la vista.

Bandas y hip hop

Pero los fuegos no fueron el único aspecto que permitió evocar la noche del 24. También las abarrotadas calles del casco histórico contribuyeron a emular, salvando las distancias, ese espíritu festivo que alcanza su punto de ebullición en las horas de tránsito al Día de Galicia. La jornada que echó el telón al Apóstolo arrancó, en lo musical, a mediodía, con la actuación de la Banda de San Xoán de Calo en Praterías. Ya por la tarde, Vite, el barrio que porta con orgullo la etiqueta de cuna del hip hop en Compostela, fue escenario de un intenso festival del género, en el que desplegaron su arte Suite Soprano y Gata Cattana.

Los más verbeneros, fieles al pasodoble y a la música de orquesta, tuvieron la oportunidad de disfrutar en la Alameda de la actuación de Tamarindos. Previamente, el escenario de A Quintana acogió la última actuación del Apóstolo, a cargo de Roi Casal.

El programa se desarrolló sin incidencias. La Policía Local organizó el dispositivo en prevención de las habituales aglomeraciones circulatorias, especialmente en el entorno del Campus Sur, pero al cierre de esta edición todo iba sobre ruedas. El Apóstolo del 2015 ya es historia. El consuelo es que ya queda un día menos para la edición del año que viene.