Alto riesgo de incendios

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro CRÓNICA

SANTIAGO

01 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La temporada de mayor riesgo de incendios forestales arranca oficialmente hoy, y Santiago está muy lejos de estar preparada para afrontar lo que puede ser un verano dramático. Dicen los que saben mucho de cultivos que la alternancia de días lluviosos con otros de temperaturas altas es perfecta para el crecimiento de los productos de la huerta, pero también para que proliferen las malas hierbas y para que crezca la maleza en los montes, en las cunetas de pistas y carreteras, y en fincas.

Este 1 de julio ha pillado a Santiago con los deberes a medio terminar o a medio empezar, según cómo se mire. Cierto es que en algunas parroquias del norte se hicieron trabajos de desbroce, pero en otros muchos puntos del municipio queda demasiado por hacer, a estas alturas del año.

Una de las zonas del rural que urge ser acondicionada es la parroquia de Laraño. Por ejemplo, en las márgenes de la carretera de Pardiñas hacia Bugallido hay trabajo para varios días. La maleza de las cunetas de este vial supera, en algunos tramos, el metro de altura y, lo que es más peligroso, está casi seca. Sin intención de ser ave de mal agüero, a ese polvorín solo le falta que un imprudente lance una colilla desde la ventana de un coche para que estemos ante el primer gran incendio del verano. La situación de esta pista rural no es una excepción, y ni siquiera es un panorama del que está libre la propia ciudad. Hace unos días se recogía el mal estado de las carreteras de acceso al Hospital Clínico, y lo mismo ocurre, entre otros, con los viales de los polígonos de Costa Vella y de A Sionlla.

Si la acumulación de hierbajos es un problema, la falta de limpieza de las fincas es una auténtica bomba de relojería. Los propietarios de parcelas privadas tampoco merecen el aprobado. Pero ni siquiera sería efectivo darles una otra oportunidad en septiembre. En este caso, el suspenso supone un riesgo excesivamente alto.

La ley establece que el perímetro de 50 metros, en el entorno de núcleos poblados o viviendas, debe estar libre de maleza y vegetación seca. Esto se incumple de forma generalizada en Santiago y en la mayoría de los municipios de la comarca, pero hay que obligar a cumplir la normativa. Las administraciones locales pueden notificar a los propietarios para que se pongan manos a la obra. No solo pueden, sino que deberían hacerlo. Y, aunque suene drástico, quizás sería muy efectivo asociar el incumplimiento de la obligación a una propuesta de sanción. Es decir, si usted no limpia su finca en un plazo determinado de tiempo recibirá una multa. Es probable que conocer con precisión la cuantía de la sanción tenga el suficiente efecto motivador para conseguir que se cumpla la ley y, de paso, lograr que se protejan correctamente las viviendas y, por extensión, a las personas.