Santexit

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor ENTRE LÍNEAS

SANTIAGO

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

emos tardado 428 largos años, pero finalmente hemos conseguido echar a los ingleses de Europa. Desde aquel lejano 1588 en el que Felipe II emprendió la fallida conquista de la pérfida Albión, el Canal de la Mancha les separó menos del Continente que a nosotros los Pirineos. Ya no. El Brexit se ha llevado por delante las bolsas, pero nos otorga una identidad que ellos van a perder. Además, el honor de Compostela y del Apóstol Santiago han quedado restablecidos. Curiosamente, no por méritos propios, sino por la xenofobia y la idiotez en la que ha caído la Inglaterra más profunda y ensimismada. En España se estudia mucho la derrota de la Armada Invencible -nos gusta flagelarnos- y muy poco el destino igualmente humillante que corrió la versión british de esa aventura. Fue al año siguiente, en 1589, y con el pirata Francis Drake -sir en las islas- como protagonista. La Gran Bretaña fue humillada en A Coruña por una tal María Pita y tuvo que renunciar a ocupar suelo español pero, por culpa del temor que infundió el paso de Drake por Galicia, en Santiago se escondieron los restos del Apóstol para que no los robase. Sí, este señor era muy de robar. Y no reaparecieron hasta 1879. Los ingleses nos debían 290 años de poder ver la mayor reliquia religiosa de España y de haber atendido como merecían a los millones de peregrinos que vinieron a estas tierras y se tuvieron que marchar sin ver al santo. Así que si ellos se han tirado al monte con su Brexit nosotros creo que hemos hecho algo así como un Santexit, que vendría siendo el abandono del complejo que siempre hemos tenido por ser menos europeos que los ingleses. Ya no.