Santiago cuenta solo con dos carriles exclusivos para el autobús -en A Rosa y el frente de la estación en el Hórreo- pese a que el plan de movilidad actual preveía esa solución para los principales ejes del centro urbano. Pero esa no es una cuestión prioritaria para Compostela Aberta, que no solo incide en las dificultades de las dimensiones de los viales, sino también en poner por delante la prevalencia de la reducción del uso del transporte privado entre las prioridades para trabajar en una movilidad más sostenible. «En cidades con vías máis rápidas pode ter sentido» la reserva de esos carriles, precisa Duarte, quien indica además que la tendencia en las nuevas reurbanizaciones en el centro será no reservar espacios específicos de parada para los buses. Estos pararán en la vía y el tráfico tendrá que adaptarse a esas circunstancias, como sucede ya en muchos trayectos, o buscar alternativas en otros trazados, sobre todo quienes utilizan el centro como zona de paso. Ese es el sistema que ya funciona en Basquiños, dice.