Hacía tiempo que el vestuario del Obradoiro no disfrutaba de una jornada de felicidad. Después de muchas batallas en las que el equipo se quedó con la amargura de verse a un paso de cruzar la línea de meta, ante el Murcia llegó un encuentro redondo. Así lo significa Pepe Pozas: «El pabellón lleno, la afición increíble, el partido desde el principio bien encarrilado... Salió todo a pedir de boca».
Para él fue un día especial, después de una semana dura. Ya en los compases previos a la contienda pudo comprobar el cariño de la grada. Y cuando volvió a pista a falta de unos segundos, en el último cambio, de nuevo arreciaron los aplausos. Son momentos que quedan ya grabados en su bagaje: «Con el aplauso del principio del partido, en la presentación, ya tenía ganas de llorar. Lo que hace esta afición por los jugadores es increíble. Y en especial lo que ha hecho por mi durante la semana no lo olvidaré jamás».
En lo que respecta al baloncesto desplegado por el equipo, en la relación defensa-ataque se abre un debate como el de que es antes, si el huevo o la gallina. Normalmente, suele prevalecer que una buena defensa es la que catapulta un buen ataque. Pozas, sin embargo, opta por darle una vuelta a esa perspectiva: «Llevamos con buena dinámica bastante tiempo, con buena defensa en bastantes jornadas. Pero en el momento en el que anotas y ves que todo te sale bien, que consigues los tiros abiertos, vuelves a defender bien y eso hace que todo vaya mucho más rodado».
El próximo domingo, a las 12.30, el Obradoiro tendrá una dura prueba para su defensa. Se enfrentará al mejor ataque de la Liga Endesa, el del Real Madrid, que promedia algo más de 93 puntos por partido. Es también el que más triples convierte: 319.